Vivirás siempre porque cuando queramos saber de ti recurriremos a tus versos, a tus palabras, a la respuesta reflexiva, sencilla y maravillosa que tenías para cada pregunta. Hace más de una década que sentías que ibas a morir. “Todos vamos a morir, Brines”, contestaba yo sonriendo porque no era la primera vez que me lo decías y era un tema al que recurrías frecuentemente. Ahora has cumplido tu palabra y yo pienso en cómo de extraordinarios han sido los últimos años de tu vida. Me alegro tanto de que disfrutaras de nuevo de Oliva, del cariño de tus vecinos, de la gente, de que encontrases en tu camino a Àngels Gregori, tu aliada, la amplificadora de tu voz, de tus versos y a quien tanto apoyaste también en su Festival de Poesía. Y, sobre todo, me siento muy reconfortada porque pudiste recibir en vida tantos premios y homenajes como te merecías.
Aguantaste hasta el final para que los Reyes llevaran nada menos que el Premio Cervantes a Elca, tu propia casa, a pesar de que tu aliento se apagaba. La última vez que te vi, tras el anuncio del Cervantes, cuando tu casa estaba llena de periodistas, subí a tu habitación a verte pero ya no tenías fuerzas y casi no me reconocías: “La teua amiga, la periodista”, te dijo Àngels. Sin pensarlo cogiste ‘Entre dos nadas’ y me lo diste. “Este no lo debes de tener, toma”. No me quise acercar para darte un abrazo por tu seguridad, pero me alargaste la mano y la estreché con fuerza como si con ella pudiera darte un poco más de energía. Nunca salía de tu casa con la manos vacías.
Me quedo con nuestra conversación en el patio cuando se publicó ‘Jardín nublado’. Nuestras entrevistas duraban un mundo y la conversación posterior otros dos mundos más. Siempre bromeabas con inteligencia y aunque poco a poco dejaste de conceder entrevistas, me atendías con paciencia y amabilidad, también porque supongo que lo nuestro no era más que una charla entre amigos.
Celebro que volvieras a Elca y que tu casa se convirtiese en el centro de todo. “Todo empieza y acaba en Elca”, como recuerda nuestra Àngels Gregori. Con ella creaste la Fundación que lleva tu nombre y ella difundirá tu legado con la admiración y el cariño que te ha tenido siempre, que todos sentimos por ti. Buen viaje Brines,. Saluda a tu madre de mi parte, ella supo ya que serías el mejor cuando le dijiste que querías ser poeta.