Doctora en Historia, investigadora y experta en la Inquisición española y en la historia de los jesuitas y San Francisco de Borja. Henar Pizarro es la pregonera de la Semana Santa de Gandia 2023, un reto que afronta con «mucho honor y responsabilidad».
Pizarro prepara su escrito con sumo cuidado, con un amplio conocimiento sobre la historia de Gandia y la religión, pero con la mirada puesta en ese patrimonio cultural inmaterial que a todos nos envuelve.
Este cargo le vino por sorpresa en su primera llegada a Gandia durante el Ciclo de Conferencias en honor al Año Jubilar de San Francisco de Borja. Y, aunque nunca había vivido la Semana Santa de Gandia, su pasión por la divulgación, la historia y el patrimonio hizo que se lanzara a aceptar la propuesta.
- ¿Cuál es su vinculación con la Semana Santa de Gandia?
Realmente mi vinculación, más que con la Semana Santa, empezó por el Palau Borja. En el Año Jubilar de San Francisco de Borja me invitaron a realizar una conferencia. Ahí entré en contacto con Emili Ripoll (Presidente de la Junta de Hermandades) y ya me estuvieron hablando de la Semana Santa.
He de decir que, como tal, no la conozco en directo. Ellos me pasan documentación, vídeos… El segundo año que me invitan a otro ciclo de conferencias y fue cuando ya concretamos la intervención, es decir, mi compromiso para ser pregonera.
Al principio les ponía un pero: que no he estado nunca, no he vivido en el sentido sensorial, la Semana Santa de Gandia. Pero es verdad que soy “muy de Semana Santa” y me he empapado de la de Gandia. Voy a hacer el pregón y desde el sábado voy a estar presente en todos los actos relacionados, como la presentación de Passio. Quiero conocerlo antes de que llegue el domingo para poder medir esas sensaciones en primera persona.
- La Junta Mayor de Hermandades se interesó en usted por sus conferencias.
Así es, saltó la chispa en una conversación. Fui a dar la conferencia sobre San Francisco de Borja, porque tengo trabajos sobre él, y saltó un poco el hablar de la cuestión del patrimonio.
Por ahí empezamos a hablar para saber cómo hacer ese pregón. Yo comentaba que en el fondo lo que hay que intentar transmitir es que una persona se puede acercar a la Semana Santa porque tiene esa fe y esa vivencia, pero habrá quien se acerque de una manera más irreflexiva, más superficial, pero que tiene que ver con ser quién es y con qué es Gandia. Es su patrimonio, su entendimiento, la herencia de sus abuelos, de sus padres, de eso que se vive en la calle.
Esa conversación les pareció muy interesante y, claro, yo sobre esto tengo muchas cosas escritas, tengo un proyecto de investigación sobre la importancia del patrimonio integral.
- El patrimonio cultural inmaterial será el tema principal de su pregón…
Creo firmemente, como docente e investigadora, que a mí me interesa mucho la noción del patrimonio cultural. Mi generación somos un poco bisagra, hemos vivido una época que ya no es esta ni será la que venga, pero hemos vivido una transformación en general sobre la concepción del patrimonio.
Quiero hablar de un patrimonio que va más allá del propio patrimonio material, sino cómo incorporas tú eso en tu vida, en tu cultura. Es decir, un patrimonio inmaterial que es muy difícil de transmitir en un mundo que está muy secularizado, que ya hay mucha gente que no tiene ese sentido de trascendencia o esa fe inicial que mueve el interés. Pero también hay mucha gente que se acerca por otros motivos, las cofradías hacen una labor excelente en muchos sentidos y es mucho más que la Semana Santa. La Semana Santa es el final del año.
Se trata de transmitir esa tradición relacionada con el entendimiento. Un entendimiento que va más allá, que enlaza con mis raíces, con mi forma de estar en el mundo, de cómo yo me entiendo y cómo entiendo mi cultura. En un sentido amplio donde la fe está o no está porque esto depende de muchas cosas, ya que el sentimiento de la Semana Santa, al igual que el de la Navidad, traspasa incluso al que no tiene fe.
Vivimos también en una sociedad que no miramos la cruz, y todos tenemos una, o varias. Cada uno lleva la suya, pero hacemos por no mirarla, y mucho menos la del vecino. Entonces creo que la Semana Santa también es eso. No es que haya que sufrir, sino que el sufrimiento forma parte de la vida y vivimos de manera individualizada, todo anima a no mirar la cruz.
Esas serán las líneas maestras de lo que quiero expresar en el pregón porque quiero transmitir esa sensación de vivencia de lo inmaterial.
- Es experta en la historia de los Jesuitas y San Francisco de Borja y conoce a fondo gran parte de la historia de Gandia. ¿Le ayuda esto a preparar el pregón?
Sin duda este conocimiento me ayudará mucho porque Francisco de Borja tiene un papel muy importante en la Semana Santa de Gandia. Pero también otras figuras menos conocidas como Jesuitas. Hay un Jesuita del que voy a hablar que es de Gandia, del s. XVII, y que realmente es una figura prodigiosa y quizá menos conocida. Porque Borja es de estas figuras, como otras muchas, que opacan todo lo que hay alrededor.
Yo he dirigido una obra sobre impacto cultural del patrimonio de la compañía de Jesús, con lo cual conozco bastante la historia de la compañía, eso me acerca a Gandia porque San Francisco de Borja es general de la compañía, gran parte del proceso de canonización se hace en Valencia y esto me lleva a conocer bien el ambiente religioso y cultural de la ciudad.
Desde ahí me permite conectar con Gandia, sin duda.
- ¿Qué espera del día del pregón?
Espero tener yo misma esa vivencia. En el fondo lo que yo quiero es vivirlo para poder transmitirlo mejor. Me alegro mucho de que el pregón sea un domingo porque así tengo todo el sábado para pulsar eso que voy a querer transmitir.
Siento esa responsabilidad, estamos en ese punto en el que si no lo alentamos sanamente caben dos opciones: que se vuelva en una cosa jocoso-festiva o que desaparezca en cuanto a significación de hermandad, de cofradía. A este nivel más de vivencia de familia, de lo que significa la hermandad.
Yo vivo en un mundo teórico, estudio y transmito muchas cosas, pero después está esa cosa epidérmica, lo vivo y al vivirlo interiorizo la experiencia y la hago mía transmitiendo algo más allá de la pura teoría.
- ¿Cree que esta vivencia previa enriquecerá su escrito?
Creo que esos actos a los que asista me llevarán a añadir adjetivos, a enriquecerlo. A la hora de transmitirlo ya contaré con elementos que antes igual no tenía. Esa vivencia, aunque puede parecer la misma que en la Semana Santa que yo he vivido en Valladolid o Segovia, es diferente.
La hondura es la misma, la fe también, pero esa vivencia y tradición que es lo que conforma el patrimonio de cada uno es intransferible.
- ¿Ya ha comenzado a escribir el pregón?
Ahora tengo claro lo que quiero decir en la cabeza, me falta plasmarlo por escrito. Estoy en un momento en el que tengo un gran sentimiento de responsabilidad. En esos cinco minutos de antes en los que digo “por qué me he metido aquí”, que en cualquier conferencia importante pasa, pero estoy encantada y muy agradecida. Lo considero un honor.