Fernando Simón Soria médico epidemiólogo, director desde 2012, nombrado por el PP del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y Portavoz del Gobierno del PP primero durante la crisis del Ébola en 2014 y ahora del gobierno del PSOE – Podemos y Asociados desde que comenzó el Coronavirus en 2020, debería presentar su dimisión y dejar paso a otra persona.
No es por falta de capacidad intelectual o profesional, ni por conocimientos, ni por falta de comunicación, ni por aciertos o errores durante este año y poco que llevamos. Es por sus palabras de semana pasada, dijo “Hasta hace dos días hubiera dicho que podíamos esperar que siguiera la tendencia descendente observada en los días previos, hubiera dicho que teníamos una oportunidad importante de no tener una cuarta ola. Ahora mismo, no lo sé. No lo sé ni yo, ni nadie en España lo que va a pasar en los próximos días”, ha manifestado Fernando Simón.
Más declaraciones “No hemos sido capaces de transmitir el mensaje de precaución a la población, a los medios y a los políticos” según Simón. Por ello entiendo su frustración y es tiempo de que otra persona asuma la gestión de la pandemia de ahora en adelante.
Cuando Einstein planteó su teoría de la Relatividad le tomaron por loco, cuando Hawking planteó su teoría sobre los Agujeros negros, nadie creyó en ello. Sólo la demostración de la teoría mediante la práctica, convenció a todos de su veracidad y sabiduría.
A Fernando Simón le va a suceder tres cuartos de los mismo. De persona capacitada y creíble ha pasado a bufón de la corte por servir a un gobierno de izquierdas. La derecha política y mediática, pasados seis meses de su actuación, comenzó el acoso y derribo de la persona, no tanto por ella y si más por ser la cara visible de la izquierda, cuestión imperdonable para las televisiones, radios y periódicos de la derecha en combinación con el PP, Ciudadanos y Vox.
Él también contribuyó con su participación en programas sin sentido a perder la coraza del anonimato personal y profesional y participar en programas ajenos a su función. Dando la posibilidad de que los distintos tertulianos, fauna ibérica a sueldo de los medios siguiendo sus instrucciones, de todo tipo le acusaran de todo sin saber de nada. Especialmente en las televisiones de derechas. Ilustres ignorantes a sueldo.
Pero cuando llegue otra persona se valorará de verdad la actuación de Fernando Simón Soria ante una crisis desconocida y mundial, desatada por una pandemia general, desconocida para todo el mundo y ante la que se tiene que improvisar cada día su gestión por el desconocimiento reinante.
Llegadas las vacunas, acabado el Estado de Alarma, sufriendo una gestión diferente según interese en cada Comunidad y el hastío de la gente como si ya nada sucediera, de poco van a servir los consejos de distancia, mascarillas, hidrogeles y reuniones controladas. Fernando Simón es la voz que clama en el desierto de la indiferencia social
El que tenga la mala suerte de pillar la Covid-19 ya se las arreglará y el que no lo pille a disfrutar de la vida y la libertad personal por encima del bien general.
Por su prestigio personal, su salud mental, su inigualable currículum y su estabilidad familiar debería volver a su plaza ganada en oposición como epidemiólogo y alejarse de la esperpéntica situación que vive la política, la sociedad y la comunicación a día de hoy en este país de charanga y pandereta, de mentiras incuestionables, de negaciones interesadas y de liderazgo del personalismo sin importar sus afirmaciones o falsas promesas. Es lo que hay.