Desde la periferia de Madrid observamos irónicamente el revuelo montado en la capital del Reino con la covocatoria y adelanto electoral de Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

Si para la Community Manager de «Pecas» el perro de Esperanza Aguirre, Madrid es España y España es Madrid. Madrid se quema, se quema Madrid.

Desde este rincón del Mediterráneo observamos lo acontecido como aquel principio de Peters que dice «algo que va mal siempre puede ir peor, dale tiempo».

El escenario es lamentable. Una Comunidad con malos datos pandémicos, en plena crisis económica, aunque Ayuso lo niegue. Negacionista de las normas. Con la economía por delante de la salud. Las infraestructuras sanitarias públicas en manos de la privatización y paro aquí por que se me revuelve el estómago. No tiene mayor objetivo que unas elecciones. Siempre buscando lo mejor para los ciudadanos.

Ahora resulta que Ciudadanos, en período de extinción como el lince ibérico, ya no es buen compañero de viaje sólo lo es Vox para la derecha extrema (PP). Díaz Ayuso es la nueva representante de Chemari Aznar que en nombre de la libertad apela a sus ciudadanos a tumbar al gobierno izquierda-comunista de la nación. Como Madrid es España… ya escribí hace un tiempo aquí que Casado se amarrara a la silla de Génova para no caer de ella a manos de Díaz Ayuso que es su objetivo final. Al tiempo.

Ayuso aspira a tener mayoría absoluta con Vox. Un gobierno de la derecha extrema con la extrema derecha por Franco, por Dios y por España. Una misa, un desfile y oda al fascismo. No se atreven a airearlo públicamente pero lo llevan en su ADN. A eso llaman liberalismo y libertad.

Y uds. se preguntarán ¿Y del otro lado qué? Pues del otro lado, nada. La izquierda en ese lugar del que usted me habla, ni está, ni se le espera. Fraccionada, dividida, sin liderazgo y sin programa. El anticipo electoral les ha descolocado más si eso es posible. No se trata de ganar,  se trata de sumar para gobernar. Pero como hay tantas izquierdas  «el Frente Popular de Judea (3 militantes) y el Frente Judaico Popular (5 militantes)» más todos los otros, la derecha y los ultras se crecen y con razón ¿Recordarán estas izquierdas a Don Enrique Tierno Galván, el viejo profesor? Creo que no. 

Visto desde la periferia afortunada es histriónico, revelador y una bufonada sobre todo mediática, que también.