Eran las nueve y cuarto del 24 de marzo, o sea, mi sexuagésimo aniversario y me sonó una entrada de whatsapp en el móvil que decía:
-¿Te puedo llamar? Era Marta Sambrizzi.
Le contesté: -Claro.
Acto seguido recibí su llamada. Hablamos de cosas personales, que no voy a desvelar y una vez puestos al corriente de nuestras vidas, me hizo una proposición.
¿Por qué no escribes para «Gente» artículos semanales o cuando quieras?
No tuve ninguna duda, de inmediato le dije que… Sí.
Me vinieron a la mente un montón de años atrás y los comienzos de «Gente de la Safor» en los que yo colaboré. Trabajaba en Radio Gandía SER y escribía en Gente. Aquello era una aventura semanal llena de ilusión y de incertidumbre. Cada semana con Pepe y Marta, esperaba al sábado para tocar en papel aquella incierta aventura, porque en Gandia no había cultura lectora de un medio comarcal escrito, fue bonito.
Y para el día de mi » Confianiversario» fue el mejor regalo que recibí. Gracias Marta por el ofrecimiento, espero no defraudar y gracias también por devolverme a la primera línea de una profesión, que he vivido siempre obsesivamente, la de ser y sentirme: periodista.
Parece de incautos ponerse a escribir ahora y opinar. En un mundo bajo la dictadura de las Redes Sociales, en el que 140 caracteres cuestan de leer y 70 parecen suficientes. Con Instagram, Twitter y Facebook como herramientas de jóvenes, adultos y mayores. Inundados de mentiras (fakes), medias verdades y manipulaciones, no parece buena inversión. Pero justo por todo eso ahora hay que ejercer un periodismo responsable y fiable.
Unos se alegrarán, otros imagimo que no tanto, pero desde la experiencia de 35 años de profesión sé que si pasas desapercibido, en este negocio, estás muerto.
Nada debo a nadie, ni nadie me debe nada. Con lo cual desde mi «Derecho a la Libertad de Expresión» sólo puedo comprometerme con la honradez y la independencia. Despegamos, abróchense los cinturones…