La crisis sanitaria que está ocasionado el Covid-19 tiene consecuencias enormes en la población, pero muy especialmente, entre los pacientes que sufren la enfermedad. A los síntomas, en algunas casos graves, se suma la soledad del aislamiento. Pero la buena voluntad ha hecho que esto pueda solucionarse en parte. Ahora, los pacientes que se encuentran ingresados en la UCI del hospital Francesc de Borja de Gandía, así como en las salas de aislamiento, ya no están tan solo porque disponen de un servicio de videollamadas.
No acelera la recuperación, pero sin duda alivia la pesadumbre y la sensación de soledad. Y todo ello gracias, una vez más, al personal sanitario que cada día trabaja con estos pacientes que les permiten comunicarse con sus familiares a través de dispositivos móviles.
Para poder realizar estas videollamadas se utilizan los dos smartphones que el hospital tiene habilitados para las guardias. El personal sanitario facilita el número a los familiares y acerca el dispositivo al box del enfermo cuando éste recibe la llamada.
Pero no es la única medida que se ha puesto en marcha desde la UCI para que pacientes y familiares puedan estar conectados. Se imprimen los correos, cartas y fotos que llegan de la familia para que puedan ver todo el cariño y apoyo que reciben desde el exterior.