Nos encontramos ante una tesitura única. No se concibe un pacto si no están presentes las dos partes afectadas. El pacto que nos atañe se realiza entre representantes políticos, quienes pueden decir que nos representan, pero he aquí que decididas las recomendaciones las participan a los agentes sociales, quienes pueden abundar en sus recomendaciones o no, pero sin que haya ninguna representación de los verdaderamente afectados, o sea de los jubilados y pensionistas. Creo que no se podría concebir un pacto a nivel laboral donde no fueran agentes primordiales los sindicatos y la patronal, pero resulta que ni unos ni otros nos representan a nosotros echando en falta nuestra presencia, más aún cuando a nivel del Estado existe una coordinadora afincada en todo el territorio como es la COESPE con actividad social continua en defensa de las Pensiones Públicas.
Vale la pena recordar algunas de las reivindicaciones de la COESPE. Se recurrirá a los Presupuestos Generales del Estado en caso de necesidad. Jubilación ordinaria a los 65 años. Pensión mínima de 1.084 €. Revalorización automática de las pensiones en relación al IPC anual. Recuperación económica de lo perdido desde 2011. Reducción, hasta su desaparición, de la brecha de género en las pensiones. Derogar los aspectos más regresivos de la reforma de las pensiones de 2011 y 2013. Debate profundo sobre el Sistema Público de Pensiones con la participación necesaria de los/as trabajadores/ras y pensionistas. Garantías de los suministros básicos. Verdadera reforma fiscal y laboral. Pleno e inmediato funcionamiento de la Ley de Dependencia. Y otras.
Creo interesante refrescar la memoria, sobre todo a los constitucionalistas parciales, con dos artículos de la Constitución que avalan todas nuestras reivindicaciones.
Art. 41: Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes…
Art. 50: Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad.
Como vemos la intención de los Padres de la Constitución era clara, pero he aquí que los hijos, vociferando algunos por las calles respecto a otros artículos, hacen caso omiso de los artículos referidos.
¿Cuántas de nuestras reivindicaciones recomienda el PT?.
Sanear el déficit del Sistema de Pensiones. Esto cuanto menos es indignante y todo el mundo debería ser consciente. Esa afirmación comprende que hasta ahora ese déficit se ha provocado pagando conceptos que no eran atribuibles y gastos que debieran haber sido cargados a otros organismos, con lo que les venía muy bien para crear el sonsonete proclamado a los cuatro vientos y que muchos creyeron de “no hay dinero”.
Actualizar las pensiones según el IPC. Otro aspecto que no se entiende. En este País todo el mundo se actualiza los salarios, a veces con más cuantía que lo determinado por el índice del coste de la vida, empezando con casi todos los políticos. ¿Porqué a alguien se le ocurrió que no teníamos derecho? Como podemos comprender esto es el chocolate del loro, pues repasando nuestras reivindicaciones nos torean de mala manera, pero no solo eso sino que añaden aspectos contra los que estamos actuando.
Retrasar la edad de jubilación. Posiblemente sea discutible obligar a todo el mundo a jubilarse a una determinada edad, pero lo que es meridianamente claro es que muchos trabajos no pueden ser objeto de alargar la jubilación.
Y lo más “in”, que por cierto no recoge la Constitución, es el camino hacia la privatización de las pensiones. Como parece ser que con las pensiones privadas los bancos no han hecho mucho negocio, lo cual se entiende perfectamente por la escasez de recursos de la gente, vamos a dirigirnos por otro camino incentivando a aquellas empresas que monten planes de pensiones de empresa, o sea que usted que está trabajando, parte del dinero que iba a la pública será desviado a lo privado, siendo gestionado por los bancos y entidades financieras, con el riesgo que esto supone (Chile). Haciendo de oráculo se puede pensar que la masa de dinero para las pensiones públicas se ira adelgazando en beneficio de lo privado siendo esto lo que persiguen los que se llaman liberales pero que realmente son neoliberales.
Ante todos estos desmanes surge la pregunta de por qué se da esta situación. Según mi criterio viene determinado por la nula consideración y respeto que tienen hacia nosotros, y no solo en las pensiones. Podríamos recorrer otros ámbitos, como la Sanidad, la atención residencial a los mayores, los medios de transporte público que obligan en muchas ocasiones a depender delos familiares para sus desplazamientos, el ninguneo de los bancos hacia nuestras dificultades reales para adaptarnos a las nuevas tecnologías y a las normativas (comisiones) que quieren aplicar perjudicando mayoritariamente a las pensiones bajas.
Toda esta situación reclama a voces que es imprescindible que nos hagamos de respetar para lo que es imprescindible estar unidos y reivindicar no solo las pensiones sino todo aquello que da lugar a que las pensiones mínimas sufran todavía más las consecuencias referidas.
Y por último considerar que en relación a las pensiones existen dos vertientes, la delos jubilados y la de aquellos que lo van a ser. No es justo que sólo los jubilados actuales reivindiquemos condiciones de mejora que van a repercutir en aquellos que todavía no se han jubilado.
Alfredo Cortell Sivera
Asociación “Jubilats i Pensionistes de la Safor”