El paso de la carretera N-332 ha supuesto desde siempre un efecto barrera dentro del casco urbano de Oliva ya que diariamente atraviesan la localidad miles de vehículos que colapsan el tráfico en todas direcciones, dificultan la movilidad y el tráfico de las personas, provocan una contaminación que sobrepasa los límites tolerables, transportan, en algunos casos, mercancías peligrosas, e incluso han sufrido accidentes causados por su gran tonelaje. Todo esto implica una degradación de la salud y de la calidad de vida de las personas, cuando no de su integridad física. «Degradación que los ciudadanos de Oliva sufrimos desde hace muchos años», asegura el alcalde, David González.
El final de la concesión y de los peajes de la AP-7, en el tramo entre València y Alicante, ha supuesto una importante reducción de la Intensidad Mediana Diaria de vehículos por la N-332. Este hecho histórico, unido a la futura infraestructura del ‘Enlace Sur de Oliva. Fase 1 de la Variante de la Safor’, actualmente en construcción, abre un abanico de nuevas posibilidades para hacer la carretera un poco más humana a su paso por el casco urbano de Oliva, de forma que mejore la movilidad, la seguridad y la calidad de vida de las vecinas y vecinos, usándola como un auténtico eje vertebrador de la ciudad. Y a la vez también se da respuesta a las reivindicaciones realizadas a lo largo de los últimos años, desde varias plataformas y/o foros de participación local, como Carretera No, Circunvalación Ya!, Oliva 30 y Agenda 21, para adoptar medidas de pacificación del tráfico rodado y de protección a los peatones.
Es por eso que, para trabajar en esa dirección y con el fin de mejorar la seguridad de los peatones al cruzar la travesía urbana de Oliva de la carretera N-332, el Ayuntamiento de Oliva ha solicitado a la Demarcación de Carreteras del Estado en la Comunidad Valenciana autorización para llevar a cabo la correcta señalización de los pasos de peatones y habilitar ocho nuevas zonas de paso tal y como se recoge en las propuestas de la Agenda 21.