En esta “Nueva Navidad” como todo desde el mes de marzo también se ha instalado una maniobra de distracción maniquea entre nosotros. A a saber, vamos a tener al mastuerzo de Juan Carlos I de Herodes a Pilatos. Que si como el turrón “El Almendro quiere volver por Navidad”, para regularizar ante hacienda parte de lo expoliado, unos pocos euros que le sobran, donde debe instalarse si vuelve, cosa que dudo. Me resbala cuanto tenga que ver con el mastuerzo.
Sumaremos también a los Franco, pobrecitos deshauciados del Pazo de Meirás tras 48 años de okupas y sin poder llevarse una silla, un cuadro o una cama. Que tristes ellos que sólo lo utilizaban en verano para estar al fresco. El Pazo fue una donación del pueblo gallego para agradecer al golpista su ímprobo esfuerzo para ganar una guerra civil. Lo malo es que las donaciones se hacían a golpe de pistola y por obligación. Me la trujan estos funestos personajes.
Mientras los medios de comunicación nacionales pierden el tiempo en zarandajas como las citadas y pierden de vista las cosas que nos machacan de verdad: las colas del hambre, las personas que están en la calle por deshaucios. Los jóvenes que un 42% no encuentran trabajo, los mayores que mueren sin recibir su dinero por la dependencia, los inmigrantes que llegan a nuestras costas, los trabajadores que año tras año pierden derechos y poder adquisitivo, etc…
Existe una España real y una España que bosteza. A los políticos de izquierdas se les llena la boca de promesas como no dejar tirado a nadie, ayudar con una renta mínima vital y mejorar la vida de la gente. Suena bonito pero nada más. Hay más pobreza que nunca, al ingreso mínimo vital sólo han accedido un 20% de personas por la maldita burocracia y las necesidades reales siguen colgadas del árbol de la Navidad, más como un deseo que como una realidad tangible.
Pero lo que toca ahora es el Rey emérito, definición que la R.A.E (Real Academia Española de la Lengua) no contempla o si los Francos, valiente panda de asalta caminos, van o vienen y se llevan o dejan.
A los de derechas les importa un carajo que aumenten las desgracias de la gente, se dedican a decir que este gobierno de socialistas – comunistas – filoterroristas quieren destruir las instituciones, comenzando por la corona. Y de los insinuantes militares golpistas nada. Casado condena con la boca pequeña. Y Díaz Ayuso los acuna en su regazo, les acogen en su Portal de Belén para darles calor. Luego, como ellos van a misa o eso dicen, dejan unas monedas en el cepillo y ya han cumplido con su conciencia.
Y entre todas esas cosas se va pasando la vida de contrabando. Sigue el rico en su riqueza y vuelve el pobre a su pobreza. Pero tanta maniobra de distracción me da mucho asco. Que el espíritu de la Navidad no les alcance, son migajas para hoy y hambre para mañana. Sólo creo en la justicia social y no en la caridad universal.