El 11 de febrero es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha en la que se coordinan e impulsan actividades divulgativas y de sensibilización en centros educativos que visibilizan la figura de las mujeres científicas, contribuyen a crear modelos referentes femeninos en el ámbito científico-tecnológico, y favorecen su desarrollo y progreso, así como la plena igualdad de género en este campo.
Paula Sendra, Maite Sebastià o Susana Bañuelos son tres ejemplos de mujeres que han conseguido convertir su vocación en su profesión. Ellas ya encontraron el camino algo más fáciles que sus antecesoras hace sólo unas décadas. Aún así, todavía reconocen un techo de cristal que deja la mayoría de los cargos de responsabilidad en manos masculinas. Pero «la ciencia no entiende de género», aunque siga vigente el estereotipo de que es cosa de hombres. Además de la cuestión de sexo, la ciencia arrastra su propio hándicap «y ha tenido que llegar un drama como la pandemia para que realmente se vea la importancia que tiene la ciencia».