La ONGD gandiense Viviendas para los Sin Techo recuerda al Hermano Roberto Costa Prats, quien murió hace cuatro años en Ecuador.
Nacido en Benipeixcar en 1935, Roberto dedicó toda su vida a ayudar a los más necesitados. Ingresó en la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote en 1954.
En 1981 llegó a Ecuador e inició sus tareas en la Compañía de Jesús supervisando la construcción de colegios y obras de la orden por todo el país. Posteriormente sus superiores le destinaron a Guayaquil, para continuar la obra social “Hogar de Cristo” iniciada por el padre jesuita español Francisco García, cariñosamente conocido como “el Tío Paco”.
El objetivo de “Hogar de Cristo”, es trabajar en zonas de Iberoamérica con más problemas habitacionales. “No se centra en la vivienda sino en el hecho de que por medio de ella se pueda conseguir la promoción integral de la familia», explicaba Roberto Costa.
Allí promovió la construcción de casas de madera para los más humildes, primero en las áreas marginales de Guayaquil y luego en toda la costa ecuatoriana. En los últimos 20 años contó desde Gandia con la cooperación de la ONGD Viviendas para los Sin Techo, así como de las instituciones y las diversas entidades que colaboraban en campañas benéficas para recaudar fondos.
Logró construir más de 300.000 “catedrales de caña y madera”, como él acostumbraba a llamar, que le valieron el reconocimiento por parte del Congreso Nacional Ecuatoriano con la Medalla al Mérito. Además, la Organización de las Naciones Unidas le otorgó el ‘World Habitat Award’ por su gran labor desarrollada en la parte más deprimida del país. Finalmente, la alcaldía de Guayaquil ha asignado su nombre a una calle principal.
Roberto Costa fue nombrado Hijo Predilecto de Gandia en el año 2010: “por su trabajo de ayuda, solidaridad y cooperación y su vocación de servir a los más necesitados”.
Gran amante y divulgador de Gandia, de su Benipeixcar y del valenciano, dejó una gran huella tanto en España como en Ecuador.
Plácido Orosa, Presidente de la ONGD Viviendas para los Sin Techo, recuerda con cariño cómo se definía el Hermano Roberto: “Soy Roberto, El afortunado, porque es un regalo trabajar con los pobres” y hoy Orosa pide elevar una oración por su alma.