Ciudad Jara, Martin Plan B, Elena Grau y George Greenwich. Cuatro artistas de la Safor que luchan por sobrevivir un año después de la pandemia
La cultura siempre ha sido salvavidas en tiempos de crisis. La pandemia de la Covid-19 es la última gran crisis que la sociedad está viviendo, tanto a nivel sanitario como social y económico. Este último año, con confinamientos domiciliarios, cierre de fronteras, limitaciones de aforos y encuentros y un largo etcétera, la cultura, que abarca todo tipo de disciplinas como la literatura, el cine, el arte y, por supuesto, la música, ha sido la válvula de escape de la inmensa mayoría. Sin embargo, los creadores de esa cultura, las personas que están detrás de cada libro que se lee, de cada canción que se escucha o de cada película que se ve, han sufrido también las duras consecuencias de la crisis sanitaria.
Han sido meses sin rodajes ni estrenos y lejos quedaron las salas de conciertos abarrotadas, las giras de los grupos favoritos o las sesiones con el DJ del momento, por no hablar de las orquestas de música que animan las noches en las fiestas populares. Un año con unos ingresos mínimos, si no nulos en numerosos casos. Ante este panorama, también ellos, los artistas, entendieron que había que adaptarse y aprovechar el tiempo en la medida de sus posibilidades. ‘Gente‘ ha entrevistado a cuatro artistas de la Safor para conocer su situación.
En el caso de las bandas musicales, muchas han optado por invertir estos meses en trabajar en nuevos temas y también se han pasado al formato virtual para llevar adelante sus promociones. Porque si algo ha traído también la pandemia y los confinamientos, ha sido el aumento del consumo de productos a través de internet. Y eso ya se vio durante la primera gran cuarentena de hace un año, cuando durante semanas se compaginaban las clases de los menores, con el teletrabajo de los adultos, el espacio para las clases de gimnasia, los capítulos de una serie, los dibujos de los peques o las videollamadas en grupo.
El tema da para mucho. Tanto que Aline García Muñoz, estudiante del Máster de Contenidos Adaptados a la Sociedad de la Información (CALSI) del campus de la UPV de Gandia, realizó un interesante trabajo de investigación como Trabajo Final de Máster sobre lo que han supuesto los conciertos online en tiempos de pandemia.
Durante semanas, analizó cómo surgió una alternativa, la de llevar desde cada casa de los/as artistas un concierto en directo (streaming) a las de todos los espectadores y usuarios a través de diferentes plataformas. Se llegó incluso a organizar el primer festival online con conciertos de 30 minutos desde las cuentas personales de Instagram de cada artista llamado #yomequedoencasafest, que comenzó el mismo fin de semana del Estado de Alarma, del 13 al 15 de marzo, con 50 propuestas artísticas. Este festival online tuvo tal repercusión y apoyo del público virtual que repitieron la propuesta el fin de semana siguiente. Los fines de semana de marzo estuvieron ambientados por esta iniciativa con una colaboración de 163 artistas y un total de 83 horas de música. Seguidamente, surgieron otros festivales online como son MantitaFest, Canción A Domicilio, Caloret Fest, Cuarentena Fest, tal y como Aline García recoge en su estudio.
PABLO SÁNCHEZ. Ciudad Jara
Un ejemplo es el de Ciudad Jara, grupo gandiense encabezado por Pablo Sánchez. Nació pocos meses antes de que la hablara en las noticias sobre un virus que puso en jaque a China y después al mundo entero. Y el encierro les pilló en plena promoción. No obstante, lejos de rendirse y quedarse en ‘stand-by’, siguió trabajando y, junto a sus compañeros, optaron por celebrar su primer concierto, el de presentación, en streaming bajo el título ‘Salvando la distancia’. La experiencia fue un éxito y donaron la recaudación a los colectivos Ca Saforaui y Espai Veïnal Cabanyal.
“Ha sido un año dificilísimo para todo el mundo, un año que nos va a marcar de por vida a todos los niveles, profesional y personalmente. Pero el grupo ha peleado desde el primer día por darse a conocer mediante su música y su trabajo, superando el daño que podríamos haber sufrido por ser un grupo nacido este mismo año”, comenta Pablo. Y lo han conseguido, con creces, situándose como uno de los grupos más fuertes en apenas unos meses. En diciembre, de hecho, se convirtieron en protagonistas de la gala de los Premios Carles Santos de la Música Valenciana al hacerse con el galardón al Mejor Disco.
Teatros, salas de conciertos y demás recintos convertidos en espacios musicales van adaptándose también a los nuevos tiempos y van acogiendo las primeras actuaciones grandes con público, “pero vamos muy al día, porque los cambios son constantes y todos estamos haciendo un gran esfuerzo. Es posible que la gente acepte los nuevos formatos en línea, como se ha visto en 2020, y es positivo porque puedes llegar a más gente, pero es duro para nosotros, nos supone una gran inversión y aún es pronto para saber si el futuro de la música pasa por eso”, afirma el cantante y compositor.
A pesar de todo, Pablo Sánchez es optimista: “La gente tiene ganas de que esto pase, de salir a la calle, y creemos que eso se va a notar en los conciertos. Y cada vez queda menos para volver a lo que conocíamos”. Su disco, ‘Donde nace el infarto’ ya ha cumplido un año y en este tiempo el éxito es ya indiscutible. Su gira presencia arranca en breve y el ‘Sold out’ ya acapara varias de las citas.
MARTÍN PLAN B
La pandemia ha supuesto un cambio radical tanto en la forma de ganarse la vida como a la hora de afrontar el día a día. “Al principio muchos sectores no podían trabajar durante las semanas más duras del confinamiento. Progresivamente casi todas las profesiones fueron recuperando cierta normalidad, menos nosotros y la hostelería. No ha sido fácil y nos hemos encontrado solos. El respaldo ha venido de los propios compañeros de profesión, técnicos, productores y promotores”, recuerda Martín Arnau Sambrizzi.
“En nuestro caso concreto, hemos hecho cinco actuaciones en un año. He seguido creando música y contenidos para mis redes sociales y plataformas de streaming desde mi estudio. Se puede ganar algo, pero tal y como está montada aquí la industria de la música, la mayor parte de nuestro salario sale de las actuaciones en directo. Hemos recibido alguna ayuda por parte de las administraciones, pero en ningún caso han sido suficientes. La cultura y el ocio han sido ninguneados desde el minuto uno. Un Ministro desaparecido y una gestión por parte del gobierno autonómico que, respecto a ayudas y a la cultura, ha dejado bastante que desear. Entiendo que mi profesión no se lleva nada bien con una pandemia, pero de ahí a cómo se nos ha tratado hay un trecho muy grande”, asevera indignado.
A corto y medio plazo no se muestra muy optimista. “Aún queda mucho tiempo para que podamos tener una agenda de conciertos que se aproxime a lo que teníamos. Cada Comunidad es un mundo y con el azote de las olas es dificilísimo poder organizar una ruta”. A pesar de todas las dificultades, valientes como Martín han recargado pilas, más que nunca si cabe, y ahora “valoro incluso más lo que tenía antes. Me ha devuelto las ganas de volver a la carretera y seguir haciendo música”.
ELENA GRAU, cantante
Elena Grau comenzó muy joven en la música, y con 16 ya entró en el mundo de las orquestas. Hace cuatro años optó por un formato más pequeño, en acústico y concentró gran parte de las actuaciones en verano, enfocándose al público de hoteles o restaurantes. La pandemia fue todo un revulsivo. “Al principio era una novedad y hasta parecía bueno tener tiempo para hacer todo lo que se posponía día a día, pero nadie pensaba que sería para tanto tiempo. Ahora el sentimiento es otro, sobre todo de desesperación en el plano laboral, ya que como artistas nos prohibieron trabajar muy pronto y con la inseguridad de cuándo podríamos retomar. Seguimos un poco igual, sin poder planificar nada y eso, a nivel psicológico, es muy duro».
Elena aprovechó el confinamiento para centrarse en sus estudios de Filología Inglesa. Y como tantos otros, se reinventó y junto a un amigo creó “El chow”, su propio programa en redes sociales donde cantan pero también charlan con músicos, cantantes y autores. La artista nacida en Tavernes de la Valldigna ha sabido aprovechar el tiempo y ha llevado adelante un proyecto llamado ‘Fuego violeta’ que se estrena hoy 6 de marzo. Se trata de un homenaje a las mujeres que han cambiado la historia de la música, en el que han colaborado 5 músicos. “Buscar una alternativa segura a la cultura nos hace desarrollar nuestra creatividad”, comenta.
Todo este tiempo ha “tirado” de ahorros. Al estar ligada a los hoteles, su contrato se rige por el régimen general dentro del sector de animación, no como artista, con lo que no puedo optar a las ayudas estatales. A partir de ahora, “entiendo que habrá que reinventarse y transformar los eventos culturales y musicales en algo que sea compatible con la situación que estamos viviendo. La normativa existe, ahora falta un poco de confianza y apoyo para reactivar nuestro sector”.
GEORGE GREENWICH, DJ
El mundo del pinchadiscos también vive de las actuaciones en directo. Jorge Ascó Torres tiene la sensación de que la pandemia ha puesto su vida en «standby». Tenía proyectos de futuro y estaba empezando a obtener los primeros resultados del duro trabajo de los últimos años. No fue fácil enfrentarse a esta nueva realidad y a las dudas y miedos que han ido surgido, pero también ha tenido mucho tiempo para reflexionar y encontrar nuevas formas para mantenerse centrado en su carrera.
A pesar de las restricciones, el pasado verano pudo tocar en Ibiza, donde trabaja como dj residente desde hace años. Pero Ibiza estaba casi vacía. Sin turismo, fiestas y gente que baile, «Ibiza no es Ibiza». Lo mejor «es que he vuelto a casa, a Gandia, con mucha inspiración y he pasado los últimos meses haciendo música, estudiando nuevas técnicas de mezcla y mastering o insertando sonidos que he grabado en la isla: el sonido del mar, del viento, de los niños que juegan y muchos otros. Así que ahora estoy muy feliz de presentar mi último single, «The Other life» que justo ha salido a la venta este 5 de marzo.
Este DJ es consciente de lo potentes que han resultado las redes sociales y las plataformas en línea a la hora de dar a conocer a decenas de nuevos artistas y aligerar la marcha de los ya consolidados. Sin embargo, Jorge tiene claro que la esencia de su música está en el directo, en el contacto con el público y su ‘feedback’ instantáneo.
En cuanto a las perspectivas de futuro, «de momento veo que todo va muy lento, por lo menos aquí en España. Me estoy tomando esta transición con mucha paciencia y mirando al verano 2021 como el posible comienzo de mi residencia en Ibiza. No veo la hora de poder pulsar el «play» porque ahora tengo más claro que nunca lo que quiero hacer en mi vida post Covid».