Todo gira en torno a Madrid. El gobierno ha caído en la trampa del PP. Díaz Ayuso se ha convertido en la punta de lanza de las políticas negacionistas y la confrontación permanente que desea el PP. Ello le viene de perlas a Pablo Casado que antes tuvo a Cayetana Álvarez de Toledo como primera agitadora populista.
Pedro Sánchez quiso mantener su imagen de presidente dialogante y abierto al consenso entrando en la Puerta del Sol para tratar de acordar con alguien que lleva la falsedad por bandera y la confrontación como seña de identidad del PP nacional.
Pregunto a gente que conozco de otros lugares de este país sobre lo que viven desde su periferia. Concretamente a una mujer en el País Vasco, un hombre en Andalucía, otra mujer en Cataluña y un hombre en Castilla-La Mancha. Todos coinciden en una sensación muy frustrante. Lo que se cuece en Madrid, Comunidad Autónoma, parece que sucede en toda España y se siente un menosprecio a cuanto acontece en otros lugares que es muy preocupante. La periferia más allá de las fronteras de Madrid existe.
Y en eso quien tiene la mayor parte de culpa es el gobierno por hablar de igual a igual con alguien que no quiere atender a razones y niega incluso sus cifras si son negativas y las manipula para ofrecer la mejor cara. Lo más inteligente hubiera sido dejarle la foto de las 24 banderas al Ministro de Sanidad con la señora Ayuso. Y no quemar al presidente Sánchez entre tanto dislate. Ahí quién aconsejó al presidente bajar a la arena del coliseo madrileño, falló. No por que el presidente no pueda o deba reunirse con un presidente autónomo, pero tanta candidez en dialogar con la ariete de la negación y la obstrucción estaba condenado al fracaso. Si no lo vieron craso error.
Con todo, en pleno repunte de la pandemia, ante la segunda oleada y con lo que sabemos ahora de ella, lo más importante es saber gestionar tanta dificultad. Los ciudadanos vivimos en estado de excepción aunque parezca que ahora es menos grave, que existe menos peligro al contagio y a mí no me va a pasar. En los próximos seis meses a la Covid-19 se le unirá la gripe y puede llegar el colapso sanitario en cualquier momento que traería volver a encerrarse en casa con otro descalabro económico que no aguantaremos como nación.
La Comunitat Valenciana y Ximo Puig se han convertido en un referente de gestión por mucho que les pese a algunos de aquí y de allá. Hacía años que la prensa, radio y televisiones nacionales no ponían a un presidente valenciano como referente de gestión a nivel nacional. Con el PP éramos ejemplo de malversación y corrupción, mal que nos pese. La memoria existe y sirve para comparar. ¿De dónde venimos, cómo estamos y hacia dónde nos llevan?.
A los gestores políticos les exigimos medidas y certeza en sus decisiones. Pero ante todo que aparten las discrepancias buscando el titular del día siguiente. Si no son capaces de consensos y buscan el regate corto para rentabilizar desgracias ajenas, fracasarán y las personas los castigaremos con el ostracismo, al menos los que todavía discernimos el bien general de la estrechez mental cortoplacista.
Que millones de estadounidenses voten a Donald Trump no es baladí. El negacionismo, el todo por la economía y construir una realidad virtual apartada de la realidad tangible, es un signo de los tiempos auspiciado por las redes sociales y los medios de comunicación afectos al régimen. En Estados Unidos sigue muriendo gente, sigue contagiándose gente todos los días, esa es la realidad. En estos tiempos que se le da más valor al último tweet recibido de un militante de nuestra comunidad virtual que a un epidemiólogo poco valen los razonamientos fundados si van contra aquello que deseamos escuchar. Fundamentalmente porque se razona en contra de cuanto desmonte nuestras percepciones. ¿Verdadero o falso? importa poco. Me gusta o no me gusta, eso es lo importante.