La Guardia Civil, en el marco de la operación “KIME”, desarrollada en Gandia, ha detenido a 11 personas de distintas nacionalidades, pertenecientes a una organización criminal dedicada a transportar droga hasta Francia, tanto por vía marítima como terrestre. A los detenidos se les imputan los supuestos delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y falsedad documental.
Además, se han bloqueado 25 cuentas corrientes con más de 280.000 euros, 44 vehículos de media y alta gama, motocicletas, tracto camiones y semirremolques frigoríficos, un yate y una embarcación semirrígida. Igualmente, han sido bloqueados judicialmente 23 inmuebles en la localidad de Oliva, valorados en 5 millones de euros, así como diversas tarjetas de prepago y multitud de telefonía móvil. También se incautaron de un dron, dispositivos de geolocalización, teléfonos satélites y una máquina de envasar al vacío.
La operación se inició en septiembre, cuando los agentes sospecharon que el propietario de una empresa de transportes por carretera de productos perecederos podría estar utilizando los camiones para transportar droga con destino a Francia. Por ello, realizaron seguimiento, dieron aviso y en la aduana de Montpellier las autoridades francesas procedieron al registro del camión de un hombre sospechoso de pertenecer al grupo. Allí se hallando en un doble fondo del semirremolque más de 390 kilogramos de hachís y casi 100 kilogramos de marihuana al vacío, por lo que se procedió a la detención del conductor.
Posteriormente, agentes de la Guardia Civil dieron el alto en la AP-7 a un vehículo perteneneciente a una empresa de construcció, pero el conductor se dio a la fuga. Iniciaron el seguimiento y, apoyados por una patrulla de la Agrupación de Tráfico, los agentes consiguieron darle alcance. Tras un exhaustivo registro del vehículo, se hallaron 250 kilogramos de hachís. El conductor, dueño de la empresa de construcción a la que pertenecía el coche, fue detenido y los investigadores lo identificaron como uno de los hombres de confianza de la organización criminal.
Tras detención, el siguiente paso fue un registro domiciliario en la localidad de Els Poblets. Además, se realizaron 9 registros más en Oliva: cinco domicilios, uno nave industrial, un locutorio, dos trasteros de una compañía de guardamuebles y un yate con dobles fondos atracado en el club náutico del municipio. En los registros se interceptaron un bloque de 700 gramos de cocaína, 2 kilogramos de marihuana, 500 gramos de hachís y casi 13.000 euros en efectivo.
En total han sido detenidas 11 personas (10 hombres y una mujer) de distintas nacionalidades (chilena, española, marroquí y rumana) por los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y falsedad documental. Este grupo criminal facilitaba a sus miembros, desde el locutorio, tarjetas de teléfonos móviles con nombres extranjeros, incluso de personas que no existían. De esta forma utilizaban los dispositivos sin revelar la identidad de los verdaderos usuarios.
Otros integrantes se dedicaban a la vigilancia de los lugares donde se hacían las entregas de la droga, el estudio de los medios de transporte para llevarlos a cabo y se hacían con la tecnología necesaria para asegurarse el éxito de sus objetivos. Los camiones que usaban la organización tenían semirremolques frigoríficos con un sistema hidráulico que conseguía la apertura de una parte del semirremolque para ocultar la droga al vacío. Los semirremolques que eran utilizados para cometer los delitos, tenían los números de bastidores borrados y las placas de matrícula no correspondían con los titulares.
Además, los investigadores lograron descubrir que los autores también utilizaban una de sus embarcaciones, provista con dobles fondos, para introducir hachís en la península desde las Islas Baleares (Ibiza y Formentera). Era, siempre, la vía de entrada de la sustancia estupefaciente el municipio de Oliva. La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción Número 1 de Gandía.