Un equipo de trabajo de la Cátedra BETELGEUX-CHRISTEYNS para el Desarrollo de una Economía Sostenible de la Universidad Católica de Valencia ha desarrollado un algoritmo empírico para la predicción inmediata y a corto plazo (nowcasting) de la pandemia de COVID-19. Para ello se ha utilizado (explicado grosso modo) la relación entre la propagación de la enfermedad y la cinemática, es decir, el movimiento de los objetos. La importancia de este tipo de algoritmos reside en la utilidad que tienen para predecir la evolución de los contagios y poder adoptar a tiempo medidas y restricciones que frenen su propagación.
Una de las cuestiones importantes a la hora de gestionar una pandemia como la originada por el SARS-2-CoV (COVID-19) reside en tomar las decisiones oportunas con respecto a las intervenciones no farmacológicas (NPI), como el control de fronteras, uso de mascarillas, restricciones a la movilidad, cuarentenas, etc., además de la preparación del propio sistema de salud. En definitiva, anticiparse a la dinámica de la epidemia permite ajustar el momento de adoptar dichas medidas, evitar la diseminación incontrolada en un territorio así como asegurar que el sistema de salud tenga la capacidad suficiente para una atención adecuada a los enfermos. Y eso es precisamente lo que se pretende con esta nueva fórmula.
Se basa en la idea de que ciertas decisiones políticas, como un toque de queda o el cierre de la hostelería, pueden resultar difíciles de comprender para la población. En este sentido, el uso de técnicas de predicción, fáciles de demostrar y explicar, puede facilitar la aprobación, presentación y aplicación temprana de dichas medidas.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en un artículo de la revista Applied System Innovation, como parte de un número especial bajo el título ‘Advanced Intelligent Systems and Data Engineering Defeat Covid-19 Outbreak‘. (leer artículo)
En ‘Orihuel, Navarro y Sapena (2021)‘ se presenta un modelo predictivo que estima la evolución de los contagios por COVID-19 en un plazo de siete y catorce días. Bajo la hipótesis de que desde el día en que una persona se infecta hasta que las autoridades sanitarias detectan y confirman el contagio transcurren unas dos semanas, el pronóstico de 14 días puede tomarse como una estimación de las infecciones que realmente se están produciendo, y que se detectarán e incorporarán al cómputo de contagiados con dicho retraso de 14 días.
Desde BETELGEUX CHRISTYENS “consideramos que con este tipo de estudios podemos aportar nuestro conocimiento en pro de la lucha frente a la pandemia y su propagación, intentando que, a través de su prevención, se puedan adoptar las medidas necesarias para minimizar el impacto que esta pandemia está produciendo en nuestra sociedad”.