Nieto Adolescente: Abuelo a pesar del frío, te veo bastante bien.

Abuelo: ¿Tú que te crees? Estamos hechos de “pasta bona” y aguantaremos lo que sea necesario.

Nieto adolescente: Mucho aguantar y poneros moños defendiendo lo indefendible, pero con escasa autocrítica.
 

Abuelo: Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre esto, y sabes que reconozco que a veces nos falta. Se nos va el santo al cielo afirmando que somos los mismos de 1968, la generación que en aquella ocasión se rebeló contra los poderes que mandaban, y los mismos que ahora intentamos un cambio, pero se nos olvida lo que ha pasado en estos años.

Nieto adolescente: Os pasó lo que es de esperar la ola os tragó.

Abuelo: Tienes razón, fueron unos años en los que todo parecía estar claro y que no se iba a acabar, entrando dentro de las garras del consumismo, sin darnos cuenta de que este proceder era nuestro propio suicidio.

Nieto adolescente: Os fuisteis de botellón “..y a flipar que son dos días”.

Abuelo: Más o menos. Ahora solo nos queda reconocer nuestro error para ayudar a enmendar las consecuencias. Defendiendo las libertades hemos ido de forma paulatina perdiéndolas, y lo más grave es que no nos estábamos dando cuenta.

Nieto adolescente: No te rayes que aquí estamos nosotros para ayudaros.

Abuelo: Si bien lo miras el esfuerzo que una parte de nuestro sector está haciendo es precisamente buscar un futuro mejor para vosotros, y ya que hemos contribuido a su deterioro procurar de alguna manera enmendar el entuerto. Creo que lo peor es que hemos transmitido, sin darnos cuenta, a las generaciones que nos siguen una escala de valores que conduce únicamente al individualismo, al consumo y al hedonismo.

Nieto adolescente: El otro día comentábamos los colegas, que mucho estudiar para luego no conseguir un trabajo adecuado y en el peor de los casos, uno mal pagado basado en nuestra explotación.

Abuelo: Lo más importante es reconocer los propios errores, pues mal esta equivocarse, pero mucho peor es no darse cuenta y repetir las conductas que nos llevan a ellos.

Nieto adolescente: ¿Y qué soluciones tenéis? Figuras.

Abuelo: Primero reconocer nuestro fallo, y luego poner a vuestra disposición nuestra experiencia (ya sé que la experiencia ajena no vale) para que la analicéis y os pueda servir. El primer apartado sería no creeros nada de lo que circula por ahí, pues generalmente son máximas que tienden a manipular ciertas creencias y que repitiéndolas, siendo falsas, se convierten en verdades.

Nieto adolescente: Cómo…

Abuelo: Vuestros padres creen que no van a tener pensión.

Nieto adolescente: Pues sí, lo dicen cuando hablan de ella.
 

Abuelo: Esto se apoya en dos mentiras, una “no hay dinero” y otra “cada vez somos más gente mayor”. La primera es completamente falsa, no preguntándose nadie el porqué. La segunda es parcialmente cierta en el sentido de que la pirámide de edad se va invirtiendo, pero eso no quiere decir que no tenga solución.

Nieto adolescente: ¿Y qué vais a hacer, fumaros un porro para ver las cosas al revés?
 

Abuelo: No estaría mal lo del porro (aunque no es lo nuestro), pero acompañado de una reflexión sobre las causas del descenso de la natalidad, lo que nos lleva a la élite económica que lo único que le interesa es la ganancia rápida, aunque conlleve matar la gallina de los huevos de oro.

Nieto adolescente: No empieces con adivinanzas.

Abuelo: Tu hermana mayor ¿Encuentra trabajo? Y tu hermano ¿Cuánto gana? Con estas situaciones laborales provocadas por los que te he dicho, no puede darse un aumento de la natalidad. Las mujeres suelen tener la necesidad de tener hijos, pero en estas condiciones es imposible, pues aún trabajando la pareja, llegan con dificultades a fin de mes.

Nieto adolescente: Muy bien “mago” ¿Qué proponéis para arreglarlo?.

Abuelo: Es imprescindible devolver el poder a los que intentan legislar en beneficio de la mayoría para conseguir una igualdad de oportunidades real, adecuando un mercado de trabajo que sea justo, en el que quien quiera trabajar lo pueda hacer con retribuciones que les permitan formar familias y mantenerlas.

Nieto adolescente: Me has dejado flipado.

Abuelo: Pues no te flipes porque este trabajo nosotros lo podemos emprender pero si no es con vuestra colaboración no se va a conseguir.

Nieto adolescente: voy a hablar con mis colegas.