Se acerca la Navidad, las casas y las calles se llenan de adornos, suenan villancicos y parece que el espíritu de la Navidad se adueña de todos nosotros, niños, jóvenes y adultos. Como es habitual, se nos llena la boca al preguntar a nuestros hijos e hijas, ¿qué le vas a pedir a papá noel? y como madres y padres perfectos que queremos ser, nos preparamos para, junto con ellos, escribir una larga lista de regalos que compraremos. Y muchos de ellos se quedarán olvidados en algún rincón de su cuarto.
¿No se nos estará yendo un poco de las manos y la carta a Papá Noel o a los Reyes Magos parece más una lista de la compra que una lista de deseos?
Los pequeños reciben regalos de Papá Noel, de los Reyes, de sus padres, abuelos, tíos, familiares, amigos y un largo etcétera. Nos encantan las compras navideñas y llenar el árbol de regalos, pero a menudo reciben demasiados y tras abrir un par de ellos pierden el interés, sobre todo cuando son muy pequeños.
Parémonos a pensar, ¿todo lo que reciben es realmente necesario? y lo que es más importante ¿es positivo el mensaje que están recibiendo de que Navidad es sinónimo de regalos? En mi opinión hay cosas mucho más importantes que deberían definir estas fiestas familiares. Me gustaría compartir una idea alternativa a las montañas de cajas con lazos y esta es la regla de los 4 regalos para Navidad.
Cubre las necesidades de los más pequeños y los no tan pequeños en Navidad sin gastar dinero por el simple hecho de gastar, porque es lo que toca. Esta idea puede ser útil para ti que me estás leyendo si buscas una manera de reducir el consumismo que nos ataca a todos por estas fechas, si quieres ahorrar dinero o simplemente quieres establecer unos límites en la entrega de regalos. Te darás cuenta de que a veces un solo regalo (o cuatro) pueden suponer tanta alegría o más y crear recuerdos increíbles.
Quizá has oído hablar de esta regla de los cuatro regalos antes que incluye los siguientes:
- Algo que quiera.
- Algo que necesite.
- Algo que ponerse.
- Algo que leer.
Yo voy a hacer una pequeña variación con respecto a ese “algo que ponerse”. Cuando nuestros hijos e hijas necesitan ropa nueva, generalmente la compramos. Crecen tan rápido que a veces crecen una talla en menos de un mes, por lo que no vamos a esperar a Navidad para comprar una talla más de zapatillas o un pijama más largo.
¿Qué os parecería cambiar esto por … .Algo que hacer? Vamos a regalarles experiencias, de esas que seguro tardan en olvidar.
Si estamos de acuerdo, la regla de los cuatro regalos nos quedaría como sigue:
- Algo que quiera.
- Algo que necesite.
- Algo que hacer.
- Algo que leer.
Vamos a ver ejemplos de cada una de estas categorías y quizás surjan nuevas ideas de regalos:
- Algo que quiera. En esta categoría probablemente podamos incluir los juguetes, si nuestros hijos e hijas son pequeños seguro que desean más que nada un bebé con todos sus complementos o el barco pirata de los playmobil. ¿Quién no ha deseado ese barco alguna vez? Pueden consultar los catálogos de juguetes que cada navidad las tiendas nos dejan en el buzón, e incluso pueden visitar la propia tienda para elegir qué es lo que más les gusta o les hace más ilusión. Si es más mayor, seguramente en esta categoría entrarán unos nuevos auriculares o un nuevo juego para la Play
- Algo que necesite. Si tu pequeño o pequeña practica algún deporte, seguro ha llegado el momento de cambiar la raqueta, o necesita un nuevo balón de baloncesto para practicar, o a lo mejor lo suyo es la pintura y necesita un nuevo bloc y unos colores nuevos.
- Algo que hacer. Esta nueva regla de “Algo que hacer o un lugar adonde ir” es mi favorita. Puede que a los pequeños no se les ocurra ponerla en la lista de deseos de Navidad, pero es algo que seguro les encantará.
A medida que crecen, estas experiencias o lugares a los que ir pueden volverse más caros, pero piensa en los recuerdos que estáis creando juntos, de esos que durarán toda la vida, en lugar de gastar dinero en algo que se perderá, se romperá o de lo que se aburrirá, os estáis regalando vuestro tiempo, y coincidirás conmigo en que no hay mejor regalo que el tiempo pasado con los que quieres. Una tarde de cine, una entrada en el parque de atracciones, un fin de semana de esquí o en la playa, depende de la edad, de los gustos o del presupuesto, seguro que encuentras el que mejor se adapte a vosotros.
- Algo que leer. Regalarles cuentos, un libro, una colección de cómics o un vale para que elijan ellos su propio regalo en la librería de tu barrio es un acierto seguro y una manera de incentivar un hábito tan enriquecedor como es el de la lectura. Si tus hijos no son mucho de leer, puedes intentarlo con un libro de manualidades, libros de pasatiempos, de colorear, etc. Hay mil opciones hoy en día que no incluyen pantallas.
Da igual si eliges la regla de los cuatro regalos, si compras uno solo o si prefieres que sean 20, recuerda que lo importante es que la mañana de Navidad sea siempre especial para nuestros hijos e hijas, y ten por seguro que no son los regalos los que la hacen especial.