Se acaba el verano de las mascarillas. Vuelve la nueva normalidad a los colegios y Universidades. Y yo a escribir de nuevo, sin mascarilla que me tape la boca.

Lo que no suele cambiar desde hace años es que nos desayunamos a la vuelta del verano con otro escándalo político protagonizado por el PP. Gürtel, Púnica, Bárcenas etc… ahora Kitchen.

De lo que conocemos hasta ahora la pirámide es descendente desde la punta a la base. Arranca en Rajoy, caminante apresurado, sigue por Cospedal, mantilla en ristre y cirio en la mano, desciende a Fernández Díaz, al que debe haber abandonado su ángel de la guarda Marcelo y en la base está Villarejo,  amo de las cloacas. Pringados presuntamente el expresidente del gobierno, la exministra y exsecretaria general del PP, el exministro del Interior y el jefe de las cloacas del estado y policía patriótica. Esto de los ex tiene más peligro que bañarse en una bañera repleta de pirañas.

En un país civilizado y democrático, con lo publicado hasta ahora, el actual líder del PP hubiera dimitido ya. Aquí silban, miran a otra parte y dicen “que es cosa del pasado y que de esas personas que Ud me habla, ya no están”. Casado no tardará en contestar cuando le pregunten por su mentor Mariano Rajoy, “ese señor del que Ud me habla”. Cabe recordar el Watergate y al dimitido presidente Richard Nixon como ejemplo de democracia constutucional.

No es verdad, miente Pablo Casado, él era secretario de comunicación del PP con Cospedal y Mariano cuando se trataba de ocultar el espionaje a Bárcenas para destruir pruebas que incriminaban al PP y el jefe del barco pirata que financiaba al partido, ‘Luis se fuerte’.

Ahora se inventará la derecha mediática de la meseta alguna acusación contra Podemos por autores intelectuales de la muerte de Manolete, el torero. O que Sánchez se lleva a casa una parte de la ayuda europea por el virus.

Da igual que sea mentira lo importante es embarrar el escenario para ensuciar a todos. Lo vivimos cada día. Como que las mascarillas no sirven para nada, el hidrogel destroza la piel o la vacuna no sirve para nada. La mentira interesada viaja hasta el infinito y más allá. Por cierto espero con renovado interés, la moción de censura que iba a presentar el representante del fascio redentor , Abascal el caballista, a la vuelta de las vacaciones. Esto se pone interesante y puede qué hasta divertido, si no fuera por que tiemblan los cimientos de la democracia de un estado de derecho o de derechas, no sé.