Resulta paradigmático escuchar a VOX reivindicando su cruzada anti-emigrantes y en Andalucía su primera zona de influencia, con el silencio y complicidad del PP, los empresarios agrícolas manifiestan que “Si no fuera por los inmigrantes con o sin papeles, nuestros productos se quedarían en el árbol y sería ruinoso”.
Ante éstas afirmaciones ni PP, ni VOX tienen nada que argumentar en el inicio de la Campaña Electoral andaluza, el PP del presunto liberal Moreno Bonilla, se pone a silbar mirando hacia otra parte pero exige al gobierno control y expulsión de los inmigrantes para contentar a VOX. Por su parte los ultra-derechistas abogan por la eliminación de los inmigrantes que quitan el trabajo a los andaluces. Los empresarios agrícolas andaluces reconocen que no encuentran trabajadores autóctonos que acepten el salario y las condiciones infrahumanas a que se somete a los inmigrantes por un mísero jornal y 14 horas de trabajo.
Al margen de que ambos partidos socavan la legislación europea en materia de inmigración. La ultra-derecha reivindica ¡España y los españoles! ¡Spain it ‘s First! (España Primero) olvidando todo lo demás. El Gobierno fue sancionado por la jurisdicción europea ante las concertinas (vallas cortantes) ubicadas en la frontera con Marruecos de Ceuta y Melilla por un ataque a los derechos europeos de los foráneos que intentan acceder a la U.E.
La semana que acabamos de dejar atrás hemos vivido la constatación de un hecho.Se han reunido el ultra-liberal de derechas, Núñez Feijóo con el fascista de la ultraderecha ‘nazional’, Santiago Abascal. Ambos han exteriorizado su indivisibilidad de España y su unidad de destino: alcanzar el poder ante un gobierno filo-comunista, como llaman ellos a un Gobierno constitucional de izquierdas mayoritario, merced a los pactos legítimos.
Feijóo se ha quitado la máscara de liberal de derechas para abraza a la ultraderecha con vistas a los resultados que salgan en la elecciones autonómicas andaluzas pero trata de mantener de cara a la gente un perfil diferenciado de los ultras para no abandonar el centrismo inexistente por su parte. Algo blanco, en botella de vidrio, líquido y con tapón es:leche. Si el líder del PP comparte ideas y gobiernos con VOX no hay duda de que es tan ultraderechista como ellos. Basta ya de medias tintas y de tratar de engañar a las personas con disfraces de buenismo, democráticos, tolerantes y liberales. Feijóo ha dejado el centro para el PSOE ya que por la ultraderecha en claro ascenso, se suma más hoy en día.
El voto al PP significa que se legitima a VOX. Se abandona el centro y se escora a la ultraderecha. Se asume una ideología anti-constitucional y anti-autonomista y se apoyan principios golpistas y dictatoriales. Lo demás forma parte del postureo, el auto-engaño y la autocomplacencia interesada. Si luego se encuentran con que: les recortan las pensiones, han de pagar más por la asistencia sanitaria pública, deben destinar más dinero a la enseñanza pública de su hijos o nietos, aumenta el coste de una residencia de mayores, les suben el I.R.PF. en la declaración de la renta, contribuyen más y recuperan menos, disminuyen los servicios sociales, pagan más impuestos directos e indirectos, gravan más el I.V.A. y en definitiva les destruyen el Estado del Bienestar y lo convierten en el Estado del Sálvese quien Pueda. No recurra al “Feijonismo” (palabra inventada por mí que resulta de unir el apellido Feijóo y el adjetivo cínico) para decir que no se lo esperaba, no pensaba que actuaran así o qué le vamos a hacer, no.A disfrutar de lo votado.A lo peor sabía lo que iba a pasar y le parece bien, por ello no valen excusas, a la hecho…pecho.
Dice el Instituto Internacional «Elcano» en un informe de 2021 analizando “Democracia y Ciudadanía” en España que «La calidad de la democracia española sigue siendo notable en todos los índices comparados y resisten los consensos sociales fundamentales, incluyendo la alta consideración hacia el sistema nacional de salud (plasmada durante 2021 en el proceso de vacunación) o el apoyo a las líneas estratégicas tradicionales de la acción exterior. Polarización y calidad democrática en España:El auge de la polarización sociopolítica afecta ya a casi todas las democracias occidentales. No es un fenómeno nuevo, pero en el último año y medio se ha alimentado de la controversia vinculada a las medidas extraordinarias para detener la pandemia, legando escenas singulares como el asalto fallido al Capitolio estadounidense o múltiples protestas y disturbios anti-vacunas en Europa.
España no es ajena a esta tendencia, pero la experimenta en un formato paradójico, al ser uno de los países donde la polarización afectiva obtiene peores registros y, al mismo tiempo, afectar poco a la sustancia de políticas públicas clave, como por ejemplo se expresa en la alta consideración que suscita el sistema nacional de salud o la preferencia generalizada por profundizar la conexión de España con el mundo en general y la Unión Europea (UE) en particular. El mejor modo de observar ese contraste entre la dimensión subjetiva y objetiva se expresa en la gran distancia que existe entre los estudios comparados de opinión pública sobre satisfacción y confianza de la ciudadanía hacia el sistema político (donde España suspende) y los índices internacionales que miden la calidad democrática (donde obtiene un notable alto).»
Por todo lo argumentado votar en un sentido o en otro supone respaldar un futuro con luces o la entrada en un oscuro túnel…Uds deciden.