A partes iguales en estos momentos. Ante el anuncio de una vacuna para el Covid-19 se ha montado un revuelo mediático, económico y social que amenaza como todo en estos tiempos en magnificar sus consecuencias, sin conocer más que una nota de prensa de una empresa privada en competencia con muchas otras, para satisfacer las esperanzas del mundo actual por encontrar la luz al final del túnel. 

Es una buena noticia, sí. Pero no es inmediata, tampoco. Puede que en los próximos seis meses esté en el mercado para beneficio mundial. Hay dos cosas que se tienen que comprobar, la eficacia general de su administración y la duración de su inmunidad. Al margen de su complicada distribución logística para llegar a todas partes. Tiene que recorrer el mundo a menos 80 grados sin poder romperse la cadena del frío por que entonces no sería efectiva.  

¿Es una buena noticia? sin duda. Yo no soy ni el negacionista de nada, ni el aguafiestas inconformista. Sólo pido un poco de serenidad y constatación de un anuncio que espero también  que las autoridades sanitarias comprueben, antes de adjudicar su administración generalizada, su completa efectividad. Nos jugamos la vida.

Al anuncio de Pfizer de su logro le van a seguir rápidamente otras empresas estadounidenses, asiáticas y europeas que están a punto de llegar al mismo punto que la mencionada. Comienza una alocada carrera por estar en el mercado cuanto antes por que no olvidemos que se trata de empresas privadas, en pugna por un mercado mundial que desde ayer monopoliza una empresa y descoloca a las demás. Están en juego miles de millones de euros/dólares. ”Es el mercado, estúpidos” y no se van a detener ante nada.

Al margen de las teorías conspiranoicas del extinto Donald Trump, agitando su teoría conspiranoica por que él avanzó que la vacuna llegaría ya, sus razones son que “no se anunció antes para beneficiar a Biden y perjudicar su reelección como presidente de los Estados Unidos». Es triste pasar de Rey de la corte a bufón de esa misma corte. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.

Pero sobre todo el anuncio de la vacuna, no resuelve el problema. Debemos seguir utilizando las mascarillas, lavando las manos con jabón o hidrogel y manteniendo la distancia de seguridad. No relajemos las necesarias medidas de seguridad o lo pagaremos caro. Tan caro como, con nuestra propia vida.