La mágica Nit Joan es otro de los grandes eventos que cae de los calendarios a causa de la pandemia de la Covid-19. La prórroga del Estado de Alarma hasta el próximo 21 de junio hace que sea desaconsejable autorizar la quema de hogueras en las playas de la comarca, dada la dificultad de garantizar las medidas de seguridad e higiene, de evitar las concentraciones de gente y, por tanto, el riesgo de contagios. Gandia fue la primera en confirmar que este año no habría verbenas ni celebraciones la noche del 23 de junio. Poco a poco, los Ayuntamientos de la Safor, por prudencia y siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias, han ido confirmando la suspensión de los eventos a pie de mar y en muchos casos, como Gandia, también prohíben el acceso a la arena por la noche para evitar así posibles aglomeraciones.

El alcalde de Bellreguard, Àlex Ruiz, ha decretado la suspensión de la fiesta ante la necesidad de evitar riesgos en la actual situación de crisis sanitaria. La decisión se toma, según explica el decreto, “ante la situación de emergencia que vivimos, así como la incertidumbre sobre el tiempo en que las medidas propias del estado de alarma puedan prolongarse, y que la prioridad de las administraciones en general, y de la local en particular, tiene que ser la de salvaguardar la salud de todos los vecinos y vecinas”.

Ayuntamientos como Oliva,  Tavernes de la Valldigna, Miramar, Guardamar o Piles recuerdan que tampoco se podrán hacer fiestas ni celebraciones particulares, y a partir de las 21 horas no se permitirá el acceso a playas como la de Daimús o Gandia. Además, advierten de que se implantará un dispositivo policial reforzado para controlar el cumplimiento de estas restricciones. “Debemos ser responsables. Es una noche en la que nosotros organizábamos muchos actos, cena, bailes valencianos, correfocs, para ambientar a la gente que estaba en la arena con sus hogueras. Es una pena, pero la actualidad manda”, explica la alcaldesa de Guardamar, Anabel Ferrer.