Cuando entras en la casa de Sabine y Jesús, ubicada en la natural Marxuquera, las sensaciones cambian. El estrés se transforma en calma y la mente y el cuerpo saben que el destino es la relajación y el bienestar.
Sabine y Jesús, unidos por amor y por la medicina complementaria. Y es esa unión la que proyectan aplicando distintas técnicas curativas e inspiradoras. Juntos y coordinados. Complementarios. Y con mensaje claro: la base de la salud bienestar es el amor propio, y éste se trabaja.
Entrevistamos a Sabine Braatz y Jesús Sanjaime, creadores y maestros del método Biosanus.
El método Biosanus mezcla distintas técnicas, ¿cuál es el objetivo?
Sabine (S): Lo más importante es el sentir. Sentir el cambio en el día a día. Biosanus significa vida sana. El objetivo es el desarrollo personal hacia el bienestar y la felicidad.
Uno de los métodos es el Jin Shin Jyutsu, menos conocido en España que por ejemplo el Reiki. ¿Qué beneficios aporta uno frente al otro?
Jesús (J): El Jin Shin Jyutsu libera bloqueos de energía, elimina la tensión, estimula los poderes de autocuración del cuerpo y prepara el escenario para una salud y bienestar individual óptimos.
S: En el resto de Europa y América el Jin Shin Jyutsu está muy reconocido y hace más de 100 años de su redescubrimiento. No ha evolucionado tanto como otras terapias porque solo hay 25 profesores de este método en todo el mundo, es una enseñanza muy auténtica.
¿Por qué lo aprendéis y empezáis a practicarlo?
J: Yo tenía una consulta en Elche a través de la cual ayudaba a la gente con un tipo de conexión. Practicar y dar cursos de autoayuda de Jin Shin Jyutsu era una forma de llegar a una consulta profesional.
S: Jesús tenía el don natural de poner las manos o tan solo mirándote, te ayudaba a mitigar el dolor, el malestar… yo acudí a él y me recomendaba aprender el Jin Shin Jyutsu.
¿Cómo te diste cuenta de que tenías ese don?
J: No quería darme cuenta. El mundo de los espíritus y la brujería no me gustaba ni me interesaba. Pero con el tiempo, conocí a una sanadora muy buena y fui conociendo a más.
S: Yo conocí a Jesús por teléfono, porque tenía problemas en mi vida, y una amiga de mi madre me dijo que lo llamase. Empecé a llamarle y él me daba consejos. Hablamos por teléfono durante 8 años antes de conocernos. Después conocimos esta técnica conjuntos.
¿Por qué Marxuquera?
S: Jesús quería volver a España después de vivir y trabajar juntos en Zúrich. En un principio fuimos a Denia hace casi 2 años, pero fue muy complicado encontrar algo que nos gustara. Al final en junio fuimos a ver casas por Gandia, porque Jesus nació aquí y entramos en Marxuquera y me pareció muy bonito para trabajar y vivir. Vimos varias casas, pero está me gustó mucho, a pesar de que estaba muy abandonada. La idea es hacer cursos, retiros, los clientes de Suiza que puedan venir, y tener una consulta más intensa aquí. Empezar con gente de antes que conocimos.
¿Cuándo habéis empezado a trabajar aquí?
J: Hace muy poco. Hace dos semanas empezamos con las consultas. Los clientes van poco a poco, tenemos que esperar al boca a boca. Van viniendo algunos clientes de Denia, hasta que empiecen a conocernos aquí.
¿Qué pueden esperar las personas que vengan a la consulta?
S: Aliviar, mejorar… Vienen personas que llevan sufriendo 15 o 20 años migraña y lo ha probado todo. Nosotros buscamos dónde empezó todo. Depende de la persona elegimos un tipo de tratamiento u otro. La gente viene con mucha medicación y poco a poco se la van quitando, siempre de la mano de su médico. Los dolores crónicos no se van con tan solo una sesión, sí a veces, pero se van poco a poco.
J: Siempre hay una situación que provoca el malestar. Creamos una hoja de ruta con esa persona para tratar su dolor. Nosotros tenemos el sentido de los porqués.
S: La migraña suele venir por enfados. Nosotros enseñamos técnicas para que la persona aprenda a pensar de una manera distinta. No solo es quitar el dolor y el malestar, la persona cambia al bienestar. Los dolores son un sobreesfuerzo para las personas.
¿Es necesario creer en la técnica para que funcione?
J: No, de eso nos encargamos nosotros. Es como si te ponen un medicamento, nosotros hacemos un trabajo similar a ese medicamento.
S: Normalmente suele venir primero la mujer y después vienen los maridos, que son más reticentes. Nosotros sentimos si una persona está abierta o solo viene para experimentar algo nuevo.
J: A veces con el trabajo que le hacemos a esa primera persona que viene, la sensación con la otra persona más reticente cambia. Porque estamos conectados, todo es energía. Si tienes mucho estrés también puede ser que otra persona coja esa energía.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
S: El cansancio es un efecto secundario en la primera sesión. Es como una mochila que llevamos años arrastrando y cuando la sueltas estás aliviado pero cansado. También es verdad que hay personas que tienen más energía, porque al quitarse ese peso se sienten más libres y despiertos.
¿Cogéis esa energía negativa?
S: No, para nada.
J: Nosotros no queremos esa energía negativa. No lo queremos, por lo que no la cogemos.
S: Todo es fácil y un fluir en nuestra técnica y tú eres individual. Estamos conectados con el universo y lo único que hacemos es hacer fluir tu energía, tus bloqueos, la energía individual conectada con la universal. Si yo te hago un tratamiento, a mí me relaja también, no me cansa.
J: Yo he ayudado a gente a las 2 de la mañana, después de trabajar en mi fábrica y volvía a mi trabajo habitual a las 6 de la mañana. No me cansaba. Todo está en lo que tú quieras, no en lo que digan.
¿Hay un límite de sesiones?
J: Depende de la necesidad de cada persona. No queremos que la gente se enganche. Cuando vemos que hay que dejarlo, se lo decimos: “Ahora camina. Siempre estamos por ti, para ayudarte en cualquier momento. Pero ahora camina solo”.
S: Normalmente se suele hacer una vez a la semana para hacer el proceso de cambio y después ya es según la necesidad. Si coges la cita online hay tiempo limitado con bloques de 90 minutos. Normalmente puedes coger una hora, pero cuando ya hemos conocido a la persona. La primera sesión son entre 75 minutos y una hora y media, porque queremos conocer a la persona y su historial.
¿Cómo os definís?
S: Somos Biosanus. Para nosotros es como el bio, algo natural para sanarte a ti mismo. La idea nuestra es enseñarte a sanar por ti mismo, que las personas no estén dependientes de nada ni de nadie. La gente viene más asiduamente para quitarse ese malestar, pero después vienen por la relajación profunda.
¿Ha habido alguna persona a la que no hayáis podido tratar?
J: Muy pocas.
S: Alguna vez, cuando llegan tarde con un cáncer, no puedes hacer nada. Vienen como último recurso. Puedes aliviar, pero no puedes hacer mucho más que acompañar su último tiempo.
Los medicamentos son fuertes y allí podemos ayudar que los efectos secundarios están más soportables en un tratamiento como quimio. Nos gusta trabajar mano a mano con la medicina.
J: Tenemos clientes en Suiza de todos los niveles y profesiones porque necesitan relajarse profundamente, no porque tengan algún problema, sino para bajar el ritmo y el estrés.