Llega la canícula estival y me dispongo a realizar una parada biológica en mi colaboración con Gente de la Safor hasta el mes de septiembre con el permiso de la Editora, Marta Sambrizzi, si la actualidad no me obliga a intervenir por fuerza mayor. Que tal y como está el país todo es posible.

Un descanso para mis detractores, principalmente los fascistas que me consta que viven pendientes de “haber lo que nos dirá este rojo en el artículo de ésta semana”. Les doy un consejo sin la menor acritud, cuando vean mi foto y el titular en un artículo, no lo lean por su salud mental y física para evitarles disgustos.

Yo respeto a todo el mundo de izquierdas, centro, derechas y desencantados con la política, pero a los representantes del fascio redentor como me dijo mi padre en 1975, yo tenía 15 años y estudiaba en los Escolapios de València, calle Micer Masco, “A los fachas ni olvido, ni perdón, sólo justicia democrática cuando se pueda”. Y en ello sigo 50 años después. Les voy a confesar una cosa: yo soy republicano, de izquierdas y demócrata para que nadie tenga dudas y así seguiré hasta el fin de mis días.

Trato de verter siempre una opinión acorde con mis convicciones y valorando con sentido común las actuaciones de quienes hablo, es mi visión de las cosas, tampoco pretendo sentar cátedra. Pero no puedo ser equidistante, ni imparcial ajeno a lo juzgado, ni condescendiente con la falsedad, la mentira o los intereses personales por encima del bien general.

A los muchos que me hacen llegar cada semana su felicitación por mis artículos les agradezco el interés, las buenas opiniones y la fuerza para seguir en el camino. A la vuelta en septiembre continuaré por la misma senda con ánimos renovados.

Este país necesita menos frentismo, insultos, mentiras, negacionismo y obstruccionismo por parte del PP, VOX y Ciudadanos y más gestión, realidad, convicción y soluciones tangibles por parte del Gobierno y sus adjuntos.

Educación, respeto, consenso, acuerdos y ambición de futuro por todas partes para sacar a ésta España de todos de los problemas que a los ciudadanos nos importan y nos afectan de verdad como el paro,  la vivienda, la Seguridad Social, la educación de nuestros hijos, los sueldos a final de mes, el desempleo juvenil, la dependencia de los mayores, la pobreza generalizada y un futuro esperanzador con el dinero que aportará Europa.

   Buen verano y no  se olviden de la vacunación y las mascarillas que el bicho sigue ahí.