Pacto de Toledo e impuestos ¿algún nexo de unión?

A veces vale la pena recordar el significado de las palabras. Según la RAE, un pacto es un concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado.
 
Según esto, este pacto es una pantomima en el sentido de que no obliga a nadie a cumplir nada, ya que sus recomendaciones no son vinculantes y el gobierno de turno puede tomar las decisiones que considere más cercanas a sus intereses.
 
Si realmente los integrantes de esta comisión hubieran tenido como cometido real la defensa de todo aquel colectivo que ha hecho posible que ellos estén discutiendo, y ya que sus conclusiones no son vinculantes, hubieran podido aunar criterios para defender realmente las pensiones públicas.
¿Qué es lo que ha pasado? Que de forma constante han venido tomando determinaciones que han ido deteriorando y conculcando los derechos de este colectivo. Y al fin y al cabo lo único que se pide es que a las personas que han trabajado toda su vida en beneficio de este país se les reconozca tal hecho, se les respete y se les permita vivir con dignidad.
 
Cuando todo el colectivo de jubilados y pensionistas protesta debe ser debido a que estas condiciones no se están dando, más aún, van camino de deteriorarse cada vez más.
 
Dentro de ese pacto, que desde mi punto de vista no tiene como finalidad apoyar las Pensiones Públicas sino menoscabarlas, solo hay una voz (a la que se le llama populista) que defiende lo que todo el colectivo, con razón, pretende conseguir.
En el último capítulo se ha demonizado a aquellos que pretendían realmente el mantenimiento de unas pensiones dignas con garantía.
 
Se dice que todos los políticos mienten, no todos, aunque hay diferencias. Unos lo hacen de forma compulsiva en cualquier momento y situación, otros lo hacen de forma circunstancial y alrededor de los momentos electorales, y algunos mantienen una coherencia en sus planteamientos, a pesar de que el resto de grupos y medios intenten hacer ver que no es así.
Pues esa formación política, a la que se tilda de populista con desprecio, ha mantenido siempre el mismo discurso en relación con las pensiones, y de eso puedo dar fe, y quién diga lo contrario que lo demuestre objetivamente y no con juicios de valor torticeros.
Lo que determinó negarse a firmar el pacto fueron una serie de razones que pueden ser valoradas de distinta manera, pero creo que ninguna iba en contra de los intereses de las personas jubiladas.
Por ejemplo, no aceptar la revalorización de las pensiones según el IPC real (¿o sea que el colectivo no debe tener garantizado su nivel adquisitivo?), intentar extender la base reguladora a toda la vida laboral (con lo cual el cómputo medio va a bajar, dado que los salarios de hace veinte años no tienen nada que ver con los de ahora), aumentar la edad de jubilación, que quizás es lo único de lo que se pudiera hablar dependiendo de la calidad del trabajo, de la voluntad y situación psicofísica del trabajador, pero no por decreto.
 
El factor de sostenibilidad merece ser tratado de forma aislada. Introduce dos nuevas variable a las ya existentes actualmente.
 
La primera sería introducir la esperanza de vida (factor de equidad intergeneracional) en el momento de valorar la pensión inicial, cuyo espíritu consiste en ir cobrando menos cantidad cada mes, dado que se cobrarían durante más meses (dependiendo de la esperanza de vida en ese momento). Esto es una tomadura de pelo, pues las necesidades de las personas mayores van aumentando con la edad ya que disminuye su propia capacidad y necesitan de terceras personas.
La segunda variable consiste en ligar la revalorización de las pensiones a la salud de las arcas públicas. Ante este concepto se entra ya en reacción catastrófica. Si se liga a lo que se ha cotizado, no tiene nada que ver con la situación de las arcas públicas, excepto si se ha producido una malversación de estos recursos que debían ser específicos, y si se relaciona con estas entramos en el tema impuestos, o sea que las pensiones estuvieran garantizadas por el estado (blindadas en la Constitución) como reconocimiento y respeto por el colectivo que ha hecho factible la situación actual.
Desde esta óptica no debería haber “hucha” de las pensiones sino obligación de satisfacer estas necesidades desde los presupuestos generales, como cualquier otra actividad.
Todo lo anterior es más grave, cuando la realidad viene determinada porque hay un sector minoritario con mucho poder y avaricia que lo único que pretende es enriquecerse. Todas estas maniobras tienen un fin muy claro y es quebrantar el sistema público de pensiones, para favorecer mediante el miedo y los incentivos que la gente entre en los planes de pensiones privados.
La verdad es que el montante es apetecible, 120.000 millones de euros este año.
Nos encontramos ante una estrategia general muy bien pautada, en la que uno de los factores más importantes son los impuestos que desde el punto de vista económico sirven para controlar la inflación o favorecer el crecimiento.
El grupo que me refiero, grupo Neoliberal, lanza como señuelo la bajada de impuestos, dejando de lado el factor que menos les interesa, la distribución de la renta. Lo que intentan es que además de que estas bajadas son mucho más importantes para los que más tienen (medida tomada aquí en 2011, medida tomada por Macron recientemente), los futuros expoliados se alegran de no pagar una mínima cantidad.
Esto da lugar posteriormente a un deterioro de los servicios públicos puesto que el estado carece de financiación para sostenerlos, dando lugar a que las pensiones públicas cada vez sean menores, favoreciendo los planes de pensiones
privadas, las necesidades sanitarias sean costeadas por cada uno (EE UU), la educación sea privada (dificultando el acceso a la mayoría de la gente), la atención social desaparece, la vivienda queda completamente liberalizada (como ya está ocurriendo con los alquileres), no existe ningún control sobre la energía… Lo exigible con los impuestos no es no pagar, sino conseguir que colabore cada uno según su capacidad económica, y sobretodo que los políticos del gobierno den ejemplo controlando lo anterior y no robando.
En resumen esta estrategia viene determinada solo por un único interés acumular todo el dinero entre unos pocos, sin importarles lo más mínimo la penuria que eso va a producir en la gran mayoría, la cual ya sería hora de que dejara de ser silenciosa
-Sí que hay dinero
-Sí que se pueden cambiar las cosas
-Sí, que las personas jubiladas trabajamos.

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