A propósito de participar en una programa sobre “Masculinidades alternativas” me quedé con ganas de profundizar sobre el tema desde la Sexualidad.

Que la sexualidad occidental ha estado marcada por el hetero patriarcado no es ningún secreto. Esta sexualidad hegemónica tiene entre otros, los siguientes mandatos, muchos de ellos no escritos, pero fácilmente reconocibles:

-El hombre posee un gran instinto sexual que ha de satisfacer, pues este instinto es irrefrenable.

-El objeto de este deseo sexual es la mujer.

-El hombre ha de llevar la iniciativa sexual pues una mujer que toma dicha iniciativa es una “fresca”.

-La mujer ha de complacer sexualmente al hombre y sino, se expone a perderlo.

-Es normal que el hombre, aún estando en pareja, tenga amantes (“ya se sabe cómo son los hombres”), en cambio si es la mujer quien tiene amantes, es de nuevo una “fresca”.

-El sexo de verdad, es decir las relaciones sexuales completas, conllevan la penetración.

Y podríamos seguir con una larga lista…

La realidad es que la mujer ha hecho un largo camino reconociendo y reivindicando su sexualidad. El cuerpo femenino no puede más con las asimetrías en estas relaciones, donde se nos ha reservado un papel secundario, con el rango de “cosa”, objeto de placer masculino… El camino de recuperar nuestra sexualidad no ha sido ni está siendo fácil. El peso cultural sobre nuestra espalda es pesado… Y tras siglos de aplastar nuestro instinto, se espera que vivamos con plenitud nuestra sexualidad dentro del marco de las creencias que he expuesto. Y que siguen siendo imperantes. El malestar femenino ha hecho necesaria la movilización.

Pero ¿qué pasa con los hombres que no encajan dentro de esta sexualidad hegemónica hetero patriarcal?

Son muchos los hombres conscientes del peso de las creencias arriba enunciadas y otras más. Unos aunque las sienten como privilegios no los quieren para sí y a otros ni siquiera les parecen privilegios, pues les limita su vida sexual  y sentimental.

Tener que relacionarte con alguien que está “por debajo” de ti, a través de relaciones de poder, no permite el crecimiento personal ni el disfrute compartido y eso es una gran limitación de la que muchos hombres afortunadamente son conscientes.

Las masculinidades alternativas reivindican la expresión de su emocionalidad, la necesidad de no tener que llevar siempre las riendas, la necesidad de no tener que dar siempre la talla. Y más…

Frente a la masculinidad hetero patriarcal surgen estas nuevas masculinidades. Nuevas maneras de relacionarnos entre hombres y mujeres en una época donde además, hay un gran debate sobre la eliminación del género e incluso del sexo. Desde luego, estamos ante todo un reto como sociedad y se hace muy necesaria la reflexión tras la escucha atenta. A eso invito.