Para escribir sobre el Sáhara Occidental hay que remontarse en el tiempo e ir del pasado al presente o de lo contrario no entenderemos casi nada.
Geográficamente el Sáhara Occidental está enclavado en una zona desértica que limita al norte con Marruecos; al este con Argelia; con Mauritania al sur-este y al oeste con el océano Atlántico.
HISTORIA:
En noviembre de 1884 comenzó la presencia española en dicho territorio que duró cerca de cien años. Siendo la provincia 53 de España desde 1958 a 1976, año en el que España abandona el territorio.
Hubo muchos años de pacífica convivencia pero llegó un momento en el que los saharauis reivindicaron su derecho a la independencia.La O.N.U. recomendaba la descolonización de África.
La reacción de Hassan II, Rey de Marruecos, fue beligerante reivindicando que ese territorio siempre había formado parte de Marruecos (era 1970). A su vez se fundó un movimiento independentista saharaui que desembocaría el 10 de mayo de 1973 y en el que nacería el Frente Polisario.
El Tribunal Internacional de la Haya sentenció en 1975 que “no existía ningún derecho marroquí sobre el Sáhara Occidental” la reacción de Hassan II fue en noviembre de 1975 promover la invasión del territorio mencionado con la llamada “Marcha Verde” (como ahora Rusia con Ucrania).
La población saharaui huyó a la frontera con Argelia y en la zona del Tinduf levantó sus campamentos donde habitan hasta este 2022.El 14 de noviembre de 1975 se firmaron los “Acuerdos de Madrid” entre España, Marruecos y Mauritania en el que les entregó, el último gobierno franquista de España el Sáhara Occidental, iniciándose una guerra entre el Frente Polisario y el Ejército marroquí por el norte y el mauritano por el sur.
España traicionó y abandonó a los saharauis a su suerte. Ellos proclamaron la República Árabe Saharaui Democrática en 1976.En noviembre de ese año la Asamblea General de la O.N.U. reconoció el derecho de este pueblo a su independencia y denunció el acoso de Marruecos, demandando que pusiera fin a la invasión del territorio.
Mauritania renunció a los “Acuerdos de Madrid” y puso fin al enfrentamiento con los saharauis. Ante el acuerdo de paz, Marruecos reaccionó invadiendo con otra marcha los territorios saharauis. En 1979 se puso en marcha, bajo el auspicio del PCE español, el programa que llega hasta hoy “Vacaciones en Paz” por el que niños y niñas saharauis pasan los veranos de canícula en el desierto con familias de nuestro país.
En los años 80 del siglo pasado Marruecos construyó unos muros defensivos de 2.800 kilómetros que vuelven a dividir al pueblo saharaui entre los que quedaron en su territorio y los que marcharon a Tinduf y sobre todo dificultaba el movimiento del Ejército saharaui. En 1982 la RASD entre a formar parte de la Organización para la Unidad Africana, Marruecos la abandona, y al tiempo decrece la guerra y comienza un acercamiento diplomático entre saharauis y marroquíes.
Será en 1991 cuando unos y otros acepten el “Plan de Paz” de la O.N.U. que contempla: un alto el fuego; el intercambio de prisioneros; la repatriación de refugiados y la celebración de un referéndum para que el pueblo saharaui decida libremente su futuro bajo supervisión de la O.N.U. a día de hoy Marruecos no ha permitido la celebración del referéndum.
En abril de 2022 los saharauis occidentales viven, una parte oprimidos por los colonos marroquíes al oeste y los exiliados en los campamentos de Tinduf, al este. El pueblo saharaui sigue pacientemente esperando el consabido referéndum mandado por la O.N.U y la Organización para la Unidad Africana.
ESPAÑA:
Nuestro país se ha adherido a una postura ambigua de equidistancia de conveniencia. Por un lado mentar el referéndum y la promesa marroquí de una presunta autonomía saharaui y por el otro no incomodar al vecino marroquí.
Marruecos no disimula su postura de fuerza en base a tres amenazas concretas: invadir con pateras llenas de inmigrantes subsaharianos nuestras costas, permitir el tráfico de drogas con las narcolanchas en el estrecho y aumentar su reivindicación sobre Ceuta y Melilla. Con lo cual nos tiene rodeados y asediados.