Esta mañana ando un poco espesito, no he descansado bien, espero que me disculpen si escribo alguna incongruencia. Es la realidad.
La Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, muestra la esperanza de que en Semana Santa se pueda viajar y celebrar de alguna manera dichas fechas. Ya comienzan los políticos a vender su mundo de ficción, insuflando falsas expectativas y vanas esperanzas. Son los cimientos de la cuarta ola si se lleva a cabo: movilidad, reuniones sociales y relajación. ¿Recuerdan “Salvar el verano y “Salvar la Navidad” ¿Dónde nos ha llevado?. Es la realidad.
La vacunación marcha a un ritmo cansino entre la falta de vacunas y la de sanitarios para inyectarlas. El objetivo de vacunar al 70% de la población para finales del verano que apuntaron el Presidente Sánchez y el exministro de Sanidad, Illa, parece otro lejano objetivo basado en la ficción, a este ritmo ni a finales de no sé cuál año. La realidad es una.
¿Recuerdan cuando salíamos a los balcones para homenajear principalmente a los sanitarios? El PP de Pablo Casado exigía mayor inversión en una Sanidad Pública que ellos habían dejado en los huesos, priorizando la sanidad privada. El gobierno Sánchez-Iglesias anunció la reversión de dichas medidas aumentando la contratación del número de sanitarios, la mejora de las instalaciones públicas, más médicos para la “España Vaciada”, el aumento de la remuneración al sector sanitario, la mejora de la atención primaria y como decía Groucho Marx “y dos huevos duros”. Espero que cuando lleguen los 140 mil millones de euros de la Europa deprimida, sea verdad. Otra política-ficción. La realidad supera a la ficción.
Los presidentes autonómicos tratan de aplicar medidas de mayor contención, exigiendo al gobierno central actuaciones más duras ante la situación a día de hoy. ¿En qué quedamos? Durante el “Estado de Alarma” en el que todavía estamos, exigían a voz en grito mayores competencias para gestionar la crisis.
El gobierno abre la mano y tutelando les ofrece tal posibilidad, y ahora claman por que sea el gobierno quien decrete el confinamiento total para no ser ellos los que ejecuten dichas medidas contrarias al sentir general y asumir el coste en la aplicación de sus decisiones políticas, al margen de que por ley tiene que ser el gobierno central el que aplique dicha medida. Excepto, claro está, la Comunidad de Madrid que promociona la hostelería, cierra más tarde el comercio y la mencionada hostelería y amplía el número de comensales por mesa. La “Mater Dolorosa” Díaz Ayuso, la niña de Rajoy como la niña del exorcista, sigue su particular populismo negacionista basado en la retórica de Donald Trump en la gestión de la pandemia, yo de Casado me encadenaba a la silla de la calle Génova, por si acaso. Otra muestra de ficción interesada. Es la cruda realidad.
Al paso que vamos la “vacunación clandestina” superará a la vacunación regulada por goleada. Son las consecuencias de un país que siempre ha tenido a la picaresca como referente por encima de lo que mandan las leyes. Pero las medidas para los usurpadores ‘asalta corrales’ en el lenguaje del Siglo de Oro de las letras españolas, debían ser más duras que exigir la dimisión de los cargos públicos y no a lugar si pertenecen al sector privado, por violar las normas, por ejemplo, una sanción económica suculenta, acompañando a la dimisión si es cargo público, ya que en este país hasta que no le tocas el bolsillo a la gente, se saltan las normas como primera medida. Luego, si eso ya…
Y entre ficciones interesadas y realidades obcecadas pasa la vida, disculpen las molestias.