Esta tarde-noche las Fallas de Gandia vivían un momento muy especial. Después de 18 meses paralizadas volvían a salir a la calle. Y lo hacían con uno de los actos más emotivos, la Crida, aunque la situación sanitaria ha obligado a hacerlo a «puerta cerrada». La concentración de las Falleras Mayores y sus cortes comenzaba en el Palau Ducal. La emoción a flor de piel y visibles las primeras lágrimas de no pocos festeros al escuchar nuevamente los sonidos de la banda de música.
Era un momento muy atípico. Desde uno de los edificios emblemáticos de la ciudad salían en pasacalle todos con mascarillas y respetando las distancias que marca el protocolo Covid. Después de recorrer algunas calles del centro histórico, la comitiva llegaba a un nuevo escenario en este tipo de actos, la Plaza del Tirant. Allí, 400 sillas serían ocupadas por los falleros de las 23 comisiones de la ciudad y por familiares. Era un ejemplo de responsabilidad porque había que demostrar que estamos en Fallas, pero también que la pandemia no ha terminado.
La soprano Pilar Jiménez abría el acto interpretando el himno de Gandia. La música daba paso a Sandra Faus Palmer y Alba Ramón Borja que subían a un escenario sobrio y por primera vez, hacían una crida conjunta. “Falleros y falleras de Gandia! Tanto si venís de veranear de la playa, como si estáis en el pueblo. Tanto si habéis disfrutado de las vacaciones, como si habéis trabajado de sol a sol. A los que habéis sufrido la dura enfermedad, y a los que habéis escapado de sus garras. A los pequeños y a los mayores, a los bebés y a los yayos, a los adolescentes y a los jóvenes. Venimos a daros una buena noticia. Después de 18 meses, después de la espera y la desolación… Ya estamos en fallas!», comenzaba el discurso.
Ha pasado un año y medio desde que desde el balcón del Ayuntamiento de Gandia hicieran su primera “crida”. Entonces ellas exhortaban a vivir las fallas «como nunca lo hubisteis hecho. A inundar Gandia de música y color, de humo y de ruido».
Nunca imaginaron entonces lo que llegaría solo unos días después: un confinamiento que pararía en seco todos los actos programados. Ahora se dirigían “a ti, amigo; amiga; que has sufrido la enfermedad…. que lo has sufrido de una manera silenciosa y dolorosa. A ti, que has perdido un ser querido; a los que ya no nos acompañan hoy; a ti, que has perdido el trabajo, o has tenido que cambiar de ocupación por culpa de la pandemia. A ti, que has trabajado en primera fila contra el virus. A ti, si eres personal sanitario; si eres personal de limpieza, si has trabajado en un sector esencial; a ti, si has estado los primeros días en un supermercado para que no nos faltara de nada. A todos y todas queremos deciros que “SOIS NUESTROS HÉROES. QUE SOIS NUESTRAS HEROÍNAS”.
Y muy emocionadas decían: “Si hemos podido llegar aquí, es gracias a vuestra devoción y gracias a la profesionalidad que no ha desfallecido en ningún momento. Gandia, València y todo el mundo tiene una deuda con vosotros que nunca, nunca podrá pagar como se merece”.
Sin lugar a duda, la vida en su conjunto ha cambiado. Los usos y costumbres se tienen que adaptar a la realidad que trágicamente nos rodea. Las fallas lo tienen que hacer también. Por eso, las Falleras Mayores de Gandia aclaraban: “Hoy, 1 de septiembre de 2021, empezamos una semana que estamos seguras será espectacular. Nadie piensa que hacer Fallas en septiembre es la fecha ideal. Pero en la misma génesis de las fallas está morir entre las llamas, convertirse en cenizas… y resurgir: resucitar para empezar un nuevo ciclo”.
Aludían tambián a aquellos falleros y falleras «que han perdido la ilusión. A los que se sienten cansados de esperar, o a los que simplemente no ven la fiesta fuera del mes de marzo. A los que están todavía veraneando, los que no han podido coger vacaciones, a los que tienen examen o empiezan justamente ahora sus estudios. Pues a vosotros os decimos que Gandia os necesita. Que las fallas os necesitan. Que ahora, más que nunca, vuestra presencia y vuestro trabajo, son imprescindibles”.
Esta semana fallera supondrá un hito histórico. Será la primera gran fiesta popular que se recobre en el ámbito estatal, en plena época de recuperación sanitaria y social. Por ello, insistían: “Debemos dar una lección de civismo y sociabilidad. Debemos de ser un ejemplo de empatía, de educación y de civismo. Y esto solo lo conseguiremos si cumplimos escrupulosamente con las normas que las autoridades sanitarias han establecido. Como vuestras falleras mayores, como las representantes del mundo fallero gandiense, os exhortamos a vivir la fiesta con moderación y con tino. A disfrutar de los actos con calma, autodominio y juicio”.
No podían obviar que “hay ciudadanos que no comparten nuestra pasión por la fiesta. Lo respetamos y entendemos su preocupación. Pero les tenemos que convencer de que estas fallas no son las multitudinarias y nocturnas. Las más desinhibidas y festeras. En esta ocasión, queremos mirar en el día, para dejar descansar por la noche. Queremos poner en valor la tradición, el patrimonio y aquello que nos distingue como valencianos y valencianas. Es nuestro deber proteger y mimar a todo un sector de artesanas y artesanos autóctonos: únicos en todo el mundo. Todos ellos han hecho de la fiesta un modo de vida, con profesiones centenarias e históricas que hay que proteger”.
En pocas horas, de manera controlada y ordenada, las calles se llenarán de falleros en una muestra de confianza y de la vuelta a la realidad. “Tenemos una obligación aplazada hace meses. La de llevar a Gandia desde la tristeza y la nostalgia, hasta la esperanza. Hagámoslo juntos. Empezamos hoy mismo a sonreír y no a llevar las caras largas. A saludar a todo el mundo con la máxima risa, esa que tantos nos gusta a los más jóvenes”.
Seguramente Sandra y Alba serán siempre recordadas como las falleras mayores de la pandemia, las falleras mayores del año de la Covid-19. Pero aclaraban: “Queremos que nos recordéis como nosotros os recordaremos a vosotros: ser las falleras de la resiliencia. Las que han hecho lo mismo que habéis hecho los que estáis aquí sentados. Las que hamos puesto todo el aliento, la energía, fortaleza y habilidades disponibles al superar día a día la adversidad. Las que con determinación, persistencia y a veces tozudez, hemos resistido desde llegamos de la ciudad italiana de Fano, hasta el día de hoy, cuando finalmente tendremos unas fallas dignas”.
“Os invitamos a que, junto con nosotras, escribáis una parte de la historia todavía desconocida, pero que a buen seguro, será maravillosa. Ha llegado la hora. No hay marcha atrás. Que vuestra voz se sienta por todas partes, en todas las casas. Todo y todas, aquí o desde casa! Desde la plaza o el balcón. Unámonos en una sola voz: Viva Gandia! Y vivan las fallas!!!»
FOTOS: ÀLEX OLTRA