Ya se ve la luz del final del túnel de fiestas, ferias y demás jolgorios. Empieza el período, relativo, de vacaciones para los abuelos. Hablando del rey de Roma, por ahí aparece mi nieto, aunque la verdad es que da gusto hablar con él
ABUELO: ¿De dónde sales? No te esperaba.
NIETO ADOLESCENTE: Hemos salido antes de clase y he pensado en pasar a verte, ya que hacía algunos días que no charlábamos.
A: Encantado de tenerte aquí, pero…
NA: La verdad es que quería que me aclararas algo. En alguna ocasión te he oído, hablando por teléfono con tus amigos, la palabra “Neoliberal”, que no acabo de entender muy bien de qué va. He preguntado a mis amigos y ninguno tiene pajolera idea del palabro.
A: Vamos escasos de memoria siendo tan joven. ¿Te acuerdas que estuvimos hablando de todo ello hace un tiempo? Pero no importa puedo intentar resumírtelo para que no se te olvide, pues es muy importante para tu futuro.
NA: Ahora que dices, es verdad. Pero me armo un lio pues liberal me suena a progresista, a intentar mejorar la vida de la gente, pero cuando se trata de neoliberal intuyo, por lo que te oía, que va completamente al revés, en beneficio de unos pocos.
A: Pues sí, por lo menos no se te escapo del todo el concepto.
NA: Pero ¿cómo funciona eso? ¿cómo se puede explicar?
A: Los neoliberales, por un lado, conciben la economía como una pila de copas una encima de la otra, con una base grande que se va estrechando conforma colocas filas hasta que queda una en lo más alto.
NA: Déjate de chorradas y explícamelo sin hacer malabarismos.
A: Ahora lo entenderás. Si tú intentas llenar la última copa llega un momento en que rebosa derramándose el líquido en las inferiores por lo que cuanto más líquido se le echa a la primera más posibilidades tienen las de la base para llenarse.
NA: Pues perfecto ¿Que pega tiene? Seguro que no te parece bien.
A: Si fuera cierto lo que he dicho cabría la posibilidad de discusión, pero la realidad es que la copa más alta tiene un agujero en su base que se comunica con una cisterna inmensa que no se llena nunca…
NA: Quieres decir que en realidad no va a rebosar, así a los de abajo no les llegara nunca.
A: Exacto, chico listo. Pero para más inri, la primera copa se llena del esfuerzo de todas las demás. Si este líquido lo conviertes en dinero, resulta que el esfuerzo de la mayoría va a parar a la primera copa quedándose el resto a la espera.
NA: Esto me suena a lo de “ya te lo recompensaran en la otra vida…”
A: Sí pero la corriente neoliberal lo concreta en esta, lo cual es peor, ya que la experiencia, repetidamente, refleja que nunca llega.
NA: ¿Ya está? Pues sí que es simple.
A: No, hay otro aspecto con el que juegan y es con la ambición.
NA: ¿Y qué? Es lícito querer progresar en la vida.
A: Completamente, pero cuando los puntos de partida son distintos, es más difícil alcanzar los objetivos, siendo mayoría los que quedan solo con el empeño. Voy a referirte una anécdota (sin ánimo de herir a nadie). En el campanario de un pueblo apareció un “llicsó”, una planta silvestre de las que salen a veces en las paredes. Ante esto los vecinos como no sabían cómo arrancarla, se les ocurrio atar del cuello a una cabra tirando hacia arriba. Cuando estaba ya a punto de alcanzar el llicsó iba con la lengua fuera, pues se estaba asfixiando, diciendo todos “ja el llep, ja el llep”, confundiendo la realidad con el supuesto deseo de la cabra para comerse la planta.
NA: Muy buena anécdota, pero no acabo de ver…
A: Si trasladas la anécdota a una cucaña donde el palo esta embreado y quien sube lo hace voluntariamente y con esfuerzo, si a la vez lleva una cuerda al cuello de la que tiran, difícilmente va a conseguir su objetivo.
NA: Ahora lo voy entendiendo, te hacen creer que con tu esfuerzo si sigues sus indicaciones económicas, con trabajo llegarás a su status, pero la realidad es que no lo consigues.
A: No te equivoques, no son tan tontos, permiten que alguno llegue. Es como la lotería si no hubiera acertantes nadie jugaría.
NA:: Creo que se me han aclarado las ideas para poder compartirlo con mis colegas
A: Hasta la próxima