“Gandia no se entiende sin el castillo de Bairén”

El arqueólogo municipal, Joan Negre, repasa el patrimonio de la Safor y algunas de las intervenciones más destacadas que va a acometerse como las excavaciones en la fortaleza o en la Nevasca de Marxuqera y la ampliación de la zona visitable de los refugios de la Guerra Civil

[Img #5604]Joan Negre Pérez. A sus 35 años se ha convertido en el nuevo arqueólogo municipal de Gandia y director del Museu Arqueològic (MAGa). Cursó sus estudios superiores fuera de casa, una licenciatura de Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde también cursó varios master en arqueología, sistemas de información geográfica, psicopedagogía y, finalmente, obtuvo el Doctorado en historia y arqueología del mundo islámicomedieval.

 

 

Tras una primera experiencia laboral en el mundo de la investigación, como becario predoctoral, con 29 años le llegó una interesante oferta para trabajar en temas más vinculados al análisis territorial, histórico y arqueológico en Tierra del Fuego, Argentina. Una experiencia bonita e intensa, explica Joan, pero la distancia y las condiciones extremas siempre hacen que se eche de menos la familia, los amigos y la tierra. Al acabar los tres años de contrato decidió regresar. Poco a poco ha ido forjando su carrera hasta que finalmente la convocatoria de oposición para la plaza de arqueólogo le despejó las dudas.Con mucho estudio y esfuerzo, sacó la mejor la nota y con ello, su plaza.

 

 

– Repasando un poco su formación y experiencia, ¿qué opciones profesionales tiene un arqueólogo hoy en día?

-La tendencia habitual es educación, en secundaria o en la universidad. Esta última se enriquece porque complementas docencia con investigación, pero la universidad está cargada de dificultades para entrar, con procesos de contratación muy opacos. También hay quien se dirige al sector privado, como arqueólogo profesional o asesor cultural. Cuando se inicia una nueva construcción, y debajo podrían aparecer restos, el promotor debe contratar a un especialista que realice la excavación del solar para comprobar qué podría haber enterrado y cómo podría verse afectado por las obras. La ley es muy clara al respecto.

 

 

– En la Safor hay muchos yacimientos en suelo público, restos de villas romanas o fortalezas andalusíes. ¿Cómo se actúa en estos casos?

-En estos casos los promotores suelen ser los propios Ayuntamientos que tienen ese patrimonio y quieren impulsarlo. Si tienen presupuesto, licitan la excavación. Si no lo tienen, pueden pedir ayuda a la Diputación. También pueden contar con las universidades y con subvenciones públicas.

 

 

– ¿Hay excavaciones pendientes o en marcha en Gandia?

-Tenemos dos licitaciones en marcha, la del castell de Bairén y la Nevasca de Marxuquera, conocido popularmente como el Morabit. Ambos entran en partidas de fondos FEDER europeos, cofinanciados por el Ayuntamiento y la Generalitat. Ambas deben ejecutarse este año y prevén una intervención arqueológica con excavación mínima que determine aquellas áreas en las que va a actuarse arquitectónicamente; y otra parte arquitectónica, no de restauración sino de consolidación de muros para evitar que lo que queda, se  pierda.

 

 

– ¿Qué se prevé en el Bairén?

– El castillo ha tenido varias fases de intervención en el pasado, sobre todo, en los años 90. Se excavó la parte que iba a reconstruirse de la muralla de Levante, con el fin de consolidarla. Todo el material que se extrajo está guardado en el depósito a la espera de realizar un estudio completo. Lo que pretende este nuevo proyecto FEDER es preparar el castillo para futuras intervenciones.

 

En primer lugar, se hizo un estudio del estado actual de la fortaleza en colaboración con la Universitat Politècnica, con algunos especialistas medioambientales sobre el entorno y también arquitectos que realizaron alzados planimétricos, fotogramétricos y topográficos para estudiar todo lo que queda en pie. Con todo ese trabajo hecho, el siguiente paso es la consolidación de los muros que aún quedan para que no caigan; y la excavación de zonas concretas para entender bien la estratigrafía de esos espacios y, sobre todo, para sacar a la luz algunos de los muros que están enterrados. La extracción de toda la tierra es una de las actuaciones principales que necesita el monumento.

 

 

– ¿Qué presupuesto y plazos están contemplados?

– La obra cuenta con un presupuesto de unos 800.000 euros y la intención es que esté en marcha este 2019. Esto permitirá dejar la fortaleza en un estado perfecto para que en los próximos cuatro años podamos diseñar y ejecutar un Plan General de Investigación. Esta es una nueva figura que aprobó la Conselleria en 2017 y se trata de un proyecto para cuatro años para yacimientos importantes, especialmente Bienes de Interés Cultural (BICs), en el que planificas perfectamente todas las actuaciones que vas a realizar sobre un mismo yacimiento, con el fin de conocerlo a la perfección y abrirlo a la población en las mejores condiciones posibles. En Bairén esto es muy importante porque no conocemos más allá de la estructuras de sus murallas. Y Gandia no se entiende sin el castillo de Bairén.

 

 

– Hace cuatro meses que ocupó el cargo de Arqueólogo Municipal. ¿Qué encontró en su departamento?

– No existía un departamento como tal. Existía la figura de un arqueólogo municipal, Joan Cardona, que durante muchos años ha estado haciendo mucho trabajo, mucho más del que una única persona puede gestionar. Ha llevado a cabo muchísimos proyectos, ha sacado adelante numerosas excavaciones, y eso es algo que se le debe agradecer eternamente. No sólo por la relevancia de sus hallazgos arqueológicos, sino porque también es el ideólogo del MAGa.

 

 

– ¿Ha habido algún cambio importante en cuanto a la organización?

– Hemos creado el departamento de Arqueología y Patrimonio como tal y estamos en proceso de reconocimiento por parte de la Conselleria como Servicio Municipal de Arqueología. Esto nos dará una mayor autonomía para realizar algunos trabajos, para colaborar con la Conselleria y los servicios territoriales de forma más directa.

 

También nos dará prioridad a la hora de acceder a subvenciones. Hemos enviado toda la documentación, todos los informes han sido favorables y ahora estamos ya en el proceso final para poder comenzar a funcionar como esa nueva figura.

 

 

– Con esa nueva autonomía, ¿cómo se coordina con el resto de departamentos municipales?

– Una pata fundamental de nuestro servicio es la colaboración interdepartamental. Nuestro trabajo está al servicio de la ciudadanía, y también al del resto de áreas municipales. Pero también en colaboración con ellas.

 

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Podemos trabajar con Turismo para fomentar políticas de visita y puesta en valor de yacimientos y patrimonio de la ciudad, por ejemplo. Desde Urbanismo nos echan siempre una mano para sacar adelante proyectos técnicos como la restauración de la ermita de Sant Vicent, la consolidación de la ermita de Martorell, o sacar adelante el proyecto de la Nevasca de la Marxuquera y del castillo deBairén. Hay una colaboración constante y fundamental entre todos.

 

 

– También es importante la difusión a través del departamento de Educación, para que los más pequeños de la ciudad conozcan desde el principio su historia…

-Sin duda. El año pasado se hizo la primera campaña educativa de visitas a los refugios de la Guerra Civil, que funcionó muy bien con cerca de 1.500 estudiantes que conocieron los Espacios de la Memoria Democrática. Ya hemos pedido la subvención para repetir la campaña escolar con los alumnos de 6º de Primaria y 4º de ESO. Son dos tipos de visita diferentes, con pedagogías diferentes para las cuales se ha diseñado una unidad didáctica para cada nivel. Los guías que hacen las visitas han sido formados en el Curso de Guías que organizamos desde el departamento de Arqueología y Patrimonio.

 

 

– ¿Hay algún proyecto previsto para recuperar más refugios?

-Ahora mismo solamente se puede visitar un tramo muy corto del refugio del Prado, que está excavado en la arcilla y no es seguro ir más allá. Estamos preparando un proyecto de restauración que presentaremos a las subvenciones de la Diputación para la restauración de Bienes Inmuebles del patrimonio de la Guerra Civil. A parte de la campaña educativa, se han hecho también visitas al público en general los sábados por la mañana. Ya han pasado cerca de 3.000 personas y también continuaremos con esas actividades en coordinación con la concejalía de Participación Ciudadana y otras áreas.

 

 

– Otra de las patas principales de su departamento es el Museo de Arqueología. ¿En qué situación se encuentra?

– El MAGa se concibió en un principio como un museo de prehistoria, porque la Safor tiene algunos de los yacimientos más importantes de la zona. Pero siempre se había planificado darle muchos más contenidos de todos los yacimientos de los diferentes periodos históricos: de la prehistoria reciente, mundo ibérico, romano, andalusí, medieval… tenemos mucho material de joyería, elementos rituales, engalanamiento… muchos elementos que tenemos almacenados y restaurados que podrían haberse expuesto pero que no ha podido hacerse por la reducción del espacio expositivo. Todo ese material está conservado en el depósito de arqueología. Es un gran edificio con el que ahora contamos donde se han podido clasificar, ordenar e inventariar todo el material, actualmente más de 2.000 cajas.

 

 

– ¿Qué va a pasar con todo ese material?

-Está a la espera de crear un nuevo proyecto museístico, porque no se trata sólo de exponer las piezas que tenemos, sino dar a las salas un contenido y una lectura narrativa histórica para que la gente, cuando visite el museo, pueda seguir un recorrido de la comarca de la Vall de la Safor a través de los siglos.

 

 

– ¿Se estudia la posibilidad de crear un nuevo museo arqueológico y separarlo de la colección de arte de Santa Clara?

– Por ahora no hay una idea cerrada. Ese espacio presenta unas carencias importantes porque desde la entrada de la colección de arte de Santa Clara, el museo perdió mucho espacio y quedó reducido a dos salas, básicamente como museo de prehistoria. De momento estamos trabajando para conseguir el espacio necesario donde estamos, en el Hospital Sant Marc, para poder mostrar toda la colección en un nuevo proyecto museístico, sin quitarle espacio a Santa Clara. Es una colección impresionante de pintura gótica y renacentista, quizá la más importante que tenemos. Hay otros espacios en Sant Marc que podemos ocupar y reconstruir dándoles contenido y crear un museo sobre toda nuestra historia. Son dos colecciones que pueden convivir perfectamente en un espacio que a través de sus objetos explica su pasado. La colección de arte de Santa Clara es también un registro material que nos explica parte del pasado de nuestra ciudad. Pero sí que hay que buscar la manera para que convivan de forma armoniosa, porque ahora son espacios separados que no dialogan entre sí.

 

 

– ¿Hay cabida en Gandia para más espacios museísticos?

– Actualmente sólo hay un museo reconocido como tal en Gandia de carácter público, y es el MAGa. Santa Clara es una colección de arte. El de las Fallas y Semana Santa son de iniciativa privada. Mi idea para Gandia no es la diversificación sino un gran museo polivalente. El propio museo arqueológico ya tiene una marca creada y el impulso dado todos estos años pero ahora necesitamos dotarlo de más contenidos.

 

Tenemos una colección etnográfica preciosa y abundante. Una parte está en exposiciones itinerantes. Otra parte está almacenada. Era la base para un museo etnológico pero podría integrarse perfectamente en el MAGa si hubiera un espacio mayor. Un gran museo sobre nuestra historia, desde la más remota hasta la más reciente, a través de los restos materiales que se han conservado a lo largo de los siglos.

 

Eso es algo que ya debe concebirse a largo plazo y dependiendo siempre de la voluntad política y de las ideas que desde el Ayuntamiento quieran priorizarse. Pero un museo potente en la ciudad de Gandia no es sino un motor más de atracción para un turismo que vendría no sólo por nuestra oferta de sol y playa, que siempre será uno de los principales potenciales de la ciudad, sino también por una oferta complementaria patrimonial y cultural para todo el año. Se sumaría a los espacios arqueológicos, como el castell de Bairén, la Nevasca de Marxuquera o el Centro de Interpretación de la Cova del Parpalló, entre otros elementos clave. Pero también al centro ambiental del marjal y, por supuesto, a los grandes monumentos de la propia ciudad, como la Seu o el Palau Ducal, la guinda del pastel.

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