Fue el 2 de noviembre de 1939 cuando el régimen franquista acababa fulminantemente con la vida de 28 vecinos de la Safor, fusilados en un paredón del cementerio de Paterna por sus ideas políticas y enterrados después en la conocida como ‘Fosa 100’, uno los enterramientos colectivos donde acabaron los restos de cientos de represaliados en la postguerra.

Desde hace unos años, la lucha de las familias de las víctimas ha cobrado más fuerza que nunca y poco a poco se van consiguiendo resultados. El último, este mismo fin de semana cuando desde esa enorme fosa común se entregaban los restos de tres hombres, dos vecinos de Gandia y un tercero de Xeresa, a los hijos aún vivos de aquellos fusilados, más de 80 años después. Se trata de Salvador Gomar, Juan Luís Pomares y Vicent Blanquer, que ya descansan en su tierra, junto a los suyos.

Salvador Gomar tenía 33 años. Era agricultor en Gandia, presidente de la Sociedad El Amanecer, que aglutinaba a los trabajadores del campo, estaba afiliado a la UGT y vocal de la comisión gestora del ayuntamiento en 1936.

Juan Luis Pomares también tenía 33 años. Trabajaba en la antigua línea ferroviaria que unía Gandia y Alcoi. Era miembro del Partido Comunista y aunque lo intentó, se negó a huir por considerar que no había cometido ningún delito. 

Vicent Blanquer era vocal del Comité Antifascista de Xeresa. Fue apresado y trasladado a la prisión de San Miguel de los Reyes, de donde pronto salió camino a Paterna.

Las tareas de exhumación de esta fosa comenzaron el día 2 de noviembre de 2019, coincidiendo con el 80 aniversario de su fusilamiento, y desde entonces no han parado pero por ahora tan solo Gomar, Pomares y Blanquer han podido ser identificados correctamente y entregados a sus familias. Las pruebas irrefutables de ADN, cotejadas con sus descendientes directos, han permitido agilizar este trámite, considerado de urgencia precisamente porque los hijos siguen vivos. Esta era una prioridad de l’Associació de Familiars de Víctimes del Franquisme de la Fossa 100 de Paterna, que fueran ellos, los testimonios vivos de la barbarie, los que vieran en vida cumplido este acto de justicia moral. En total, en Paterna se estima que hay enterradas 2.200 víctimas del franquismo.

Así los explicó su presidenta, Teresa Llopis, cuyo abuelo también se encuentra enterrado allí. «Verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición», es lo único que pide la Asociación, constituida para seguir e impulsar las labores de exhumación y apoyar a todas aquellas personas que tuvieran a un allegado en ese camposanto. Llopis es de Oliva y también allí encabeza ARFO, la Asociación de Represaliados del Franquismo, que reúne a decenas de familiares de víctimas, así como historiadores/asy personas interesadas e implicadas en la recuperación y la reparación de la memoria democrática en la ciudad.

Mientras tantos los trabajos siguen tanto en Paterna como en Gandia, donde también hay enterradas otras 62 personas que fueron igualmente fusiladas durante esos años. A finales de 2020, un equipo de arqueólogos inició las excavaciones en una de las posibles fosas comunes localizadas por el georradar. Aparecieron varios esqueletos pero los análisis descartaron que se tratara de los represaliados. Para llevar adelante los trabajos, la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, convocó una lína de ayudas de hasta 700.000 euros.

Nahuel González, concejal de Memoria Democrática en el Ayuntamiento de Gandia, asistió el sábado al acto en Paterna, y ha agradecido a las familias de la víctimas el empeño mostrado en conseguir su objetivo y ha mostrado el firme compromiso de la administración en seguir apoyándoles para restitur el honor de aquellas personas que murieron por sus ideas. El mismo sábado por la tarde, las familias pudieron acceder a sus respectivos panteones, con permiso del Consistorio, para enterrar los restos recuperados.

FOTOS: Pilar Taberner