Sábado por la mañana, sentados todavía a la mesa, al ir a levantarnos, el nieto pone cara de extrañeza y,

Nieto Adolescente: Ayer , estabas leyendo y no te quise molestar. Hay algo que me preocupa. Un colega comentaba que yendo por la calle había visto follón y al acercarse se encontró con un grupo de gente. Había Policías sacando de una casa a una mujer con dos niños pequeños y otro grupo de personas que intentaban convencerlos, pacíficamente, para que no lo hicieran y lo retrasaran. La verdad es que no me moló nada.

Abuelo: Mencionas una situación que en ocasiones es sangrante, no obstante creo que hay que considerar varios aspectos. Estás hablando de un desahucio.

NA: Venga no te enrrolles ¿Qué es?

A: En principio es muy sencillo. Es una acción “legal” por la que se expulsa a la persona que ocupa o tiene arrendada una casa o un terreno. Suele haber un contrato que expira por distintas causas.

NA: ¿Por qué dices lo de legal?

A: Porque la Justicia, que así se llama, en muchas ocasiones imparte legalidad no adecuándose esta frecuentemente a sí misma, esta deriva del latín iustitia que significa justo.

NA: No me rayes con tus complicaciones y acláramelo

A: El desahucio viene determinado por un incumplimiento de contrato, por lo que es imprescindible conocer este aspecto. Lo normal, lo frecuente es que una familia alquila una vivienda y llegado el momento en que no puede satisfacer lo acordado, mediante un tribunal el arrendador reclama la posesión de la casa con lo que se determina el desahucio.

NA: No me parece tan raro que el propietario quiera recuperar la casa.

A: Sí, pero entonces pasamos a considerar dos condiciones. Por un lado nuestra Constitución garantiza sobre el papel una vivienda digna para todos los españoles, y otro aspecto viene determinada por el origen de esos contratos que en muchas ocasiones no son de particulares.

NA: ¿Cómo se podría arreglar  el tema del alquiler privado?

A: La Administración Autonómica y/o Local tiene el deber de garantizar lo que dice la Constitución , por lo que al estar más cerca del ciudadano, deberían preveer soluciones habitacionales para que estas familias no se quedaran en la calle

NA: ¿Y eso no se tiene en cuenta?

A: Se hace algún intento, pero no se resuelve el problema por completo. Pero lo más sangrante son los casos que quedan fuera de este supuesto.

NA: No me lo compliques

A: Aunque parezca complicado, que es lo que se pretende, es muy sencillo. Consiste en que una minoría, los que detentan el poder económico, no tienen otro objetivo que acumular dinero sin  importarles el cómo, dando lugar con este proceder a situaciones dramáticas cuyo origen son ellos mismos.

NA: O sea, lo mismo que hacen los chulitos de la clase.

A:  Acertada comparación. Concretando y de forma muy simple estas situaciones vienen determinadas por el ansia de amasar dinero. En un momento en que las cosas iban bien los bancos ofrecían hipotecas de forma desmesurada incitando incluso a endeudarse por más valor del que tenía la vivienda. Es verdad que las personas tendemos a aprovecharnos, pero también es verdad que los responsables no pueden poner un cebo y luego, cuando las cosas se tuercen, tirar de él hasta que el pez está en el cesto.

NA: Pero has dicho que hay más cosas

A: Entrelazado con lo anterior, cuando los bancos recuperan por medio del desahucio gran cantidad de pisos (las personas al llegar la recesión económica, provocada por la mala visión de los mismos bancos y entidades financieras, no pueden hacer frente a los pagos y se produce el desahucio) no saben qué hacer con ellos, apareciendo lo que se llama “fondos buitres” que compran a bajo precio estas viviendas, malvendiéndoselas en ocasiones la propia Administración.

NA: Eso no es justo

A: Ya te he dicho que por desgracia la legalidad en ocasiones no es éticamente aceptable

NA: ¿Y luego?

A: Al monopolizar el mercado de los alquileres pueden doblar el precio del alquiler por lo que aquellos que estaban en estos pisos alquilados, y los que por otra parte no pudieron hacer frente al pago de las hipotecas conforman todo el grupo de personas desahuciadas injustamente.

NA: Pues sí que está complicado, ¿Se ve alguna solución?

A: No dejar que nadie se quede en la calle, por situaciones creadas por los mismos que provocan dichas situaciones, con obligación de llegar a un acuerdo que permita seguir a las familias en la vivienda, siendo imprescindible darles una solución habitacional previamente a esta situación.