Hay iniciativas que merecen aplausos antes incluso de que suene la primera nota, y Gandiautor 2025 es sin duda una de ellas. Desde que en 2007 este proyecto tomó la valiente decisión de apostar por conciertos íntimos, cercanos y auténticos, ha desafiado todas las modas pasajeras y tendencias superficiales que suelen dominar la industria musical.
El mérito de Gandiautor no solo radica en reunir a artistas consagrados como Quique González, Marwán o Andrés Suárez, sino especialmente en abrir sus puertas a talentos emergentes que luchan por encontrar su espacio. Aquí es donde debemos ponernos críticos (ya sabéis que esto se me da bien): resulta incomprensible y frustrante la escasez de locales que apoyen formatos reducidos, esenciales para el nacimiento y crecimiento artístico desde la cercanía, desde la verdad desnuda de una voz y una guitarra frente a un público dispuesto a emocionarse.
La organización de Gandiautor ha resistido heroicamente, casi por pura pasión (o cabezonería, que tampoco está mal), manteniendo vivo un formato que se aleja radicalmente de los grandes estadios. Y ojo, llenar estadios está genial, nadie dice lo contrario, pero qué magia tan especial tiene un concierto donde puedes mirar a los ojos del artista, compartir respiraciones, suspiros, risas y, en ocasiones, hasta lágrimas.
Gracias a la organización, desde Antic Aroma hemos podido aportar nuestro granito de arena hemos regalado a cada autor, el perfume de Gandia, con el deseo de que les deje una huella imborrable de su paso por nuestra ciudad, tan profunda como la que sus canciones han dejado en nuestros corazones. Cada perfume iba acompañado por una tarjeta personalizada, pero con una frase común: «Sin música la vida sería un error». Porque aromas y música comparten algo mágico: la incomparable capacidad para despertar emociones y recuerdos.
Hemos tenido la fortuna de conversar con varios cantantes participantes, y la opinión es unánime: este formato íntimo les enamora. Sin embargo, también nos transmitieron algo que ya intuíamos: las oportunidades para eventos así son escasas, reflejando una cierta miopía cultural de quienes gestionan espacios musicales o toman decisiones en instituciones públicas. Apostar por estos pequeños formatos es apostar por la cultura real, esa que no aparece necesariamente en portadas pero sí deja huella profunda en la memoria emocional de quienes la disfrutan.
Tuvimos además la oportunidad de preparar un regalo muy especial del perfume de Gandia para uno de los organizadores del evento, Nacho Rees, con una dedicatoria que merece ser destacada:
«Hay personas cuyo arte es invisible pero imprescindible, capaces de hacer sonar melodías sin subir al escenario. Este perfume lleva la esencia de Gandia y la tuya propia; es la ciudad reconociendo tu pasión callada, ese trabajo silencioso que llena nuestras calles de canciones que jamás olvidaremos.»
Desde aquí, nuestro reconocimiento más sincero y profundo a Gandiautor. Gracias por resistir, por seguir creyendo en la música de verdad, por defender lo pequeño, lo auténtico, lo necesario. Y también por poner música a nuestras emociones.
Iñaki Léonard
Antic-Aroma
