Un arquetipo es un patrón de pensamiento que habita nuestro inconsciente colectivo y que se traduce en emociones, actitudes y maneras de entender el mundo y de relacionarnos. Hay diferentes sistemas de arquetipos pero hay uno que me parece muy interesante para trabajar la sexualidad femenina, que es el que ha estructurado Jean Shinoda Bolen, doctora en medicina, psiquiatra, analista junguiana y escritora de libros que han tenido una gran acogida.
Este sistema se basa en arquetipos de diosas de la mitología griega, en concreto trabaja sobre 7 arquetipos dividiéndolos en 3 grupos:
–Las diosas vírgenes (virgen entendida, tal y como apunta Mireia Darder, como mujer que no se encuentra sometida ni controlada por la ley del hombre, que se encuentra en su esencia original). Estas diosas son:
Artemisa: diosa de la caza y de la luna, protectora y hermana. Es el arquetipo del movimiento feminista: mujer realizada, competente, independiente. La integración del arquetipo hace posible que una mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija. El sexo puede ser para ella un juego y huye del compromiso.
Atenea: diosa de la sabiduría y de la artesanía, estratega e hija de su padre. Es una mujer lógica, gobernada más por su cabeza que por su corazón. El deber está siempre antes que el disfrute. Esto puede llevarle a aparcar su sexualidad.
Hestia: diosa del hogar y de los templos, mujer sabia. Es un arquetipo que condiciona a mantener el enfoque hacia su propia experiencia subjetiva interna. Se manifiesta en mujeres con un gran talento que no lo manifiestan hacia el exterior, al contrario que Artemisa y Atenea. Se siente completa en sí misma y no necesita de compromisos sentimentales.
–Las diosas vulnerables:
Hera: diosa del matrimonio, artífice del compromiso y esposa. Es la mujer que anhela casarse y que crea su mundo alrededor de su hombre. También es la mujer que sabe mantener un compromiso. Su sexualidad estará dirigida a satisfacer la de su hombre y su felicidad dependerá de la relación que tenga con él.
Deméter: diosa de las cosechas, nutridora y madre. Representa el instinto maternal. Si éste es desarrollado satisfactoriamente, la mujer será feliz, si se ve frustrado puede predisponerse a la depresión.
Perséfone: la doncella y reina del mundo subterráneo, mujer receptiva e hija de la madre. Posee dos aspectos: la doncella, que se deja influenciar a modo de la eterna adolescente donde su sexualidad no está despierta aún y su otro aspecto: el de reina del mundo subterráneo como resultado de la experiencia y del crecimiento personal. Perséfone ha descubierto su sombra y ello le hace poderosa.
-La diosa alquímica:
Afrodita: diosa del amor y de la belleza, mujer creativa y amante. Rige el disfrute del amor, la belleza y la sensualidad de las mujeres. Por tanto es una mujer que sabe gozar de su sexualidad y vivirla sin prejuicios. Se manifiesta en mujeres seductoras que en muchos casos son temidas.
Muchas mujeres encontrarán un patrón dominante de alguno de estos arquetipos en ellas y rasgos de los otros. En todo caso es muy interesante y revelador reconocer el arquetipo dominante en ti y matizarlo enriqueciéndolo con atributos de otros arquetipos. Ello te aportará un mayor autoconocimiento que se traduce en una mayor autoestima y capacidad de decisión.