La nueva asignatura opcional ha tenido muy buena acogida y, entre otras acciones, están arreglando el jardín del centro y participaron en la Biofira de Gandia
La implicación y la participación es fundamental en una sociedad democrática que quiere seguir desarrollándose. En los últimos años han surgido un sinfín de iniciativas y corrientes ideológicas, concienciadas con los grandes problemas que sufre el planeta y que llegan especialmente de la mano de los más jóvenes, que quieren invertir el orden de las cosas y enseñar a los mayores a respetar nuestro mundo. Entre todas esas reivindicaciones destaca muy especialmente la ecologista. Gandia no queda al margen de esas corrientes, y ya son numerosos los colectivos que organizan actividades encaminadas a fomentar un desarrollo sostenible y que están popularizando conceptos como el consumo responsable o la economía circular. Reciclar ya no es un misterio para nadie, si bien no es todo lo habitual que debería.
Alumnos de 2º de la ESO del Instituto María Enríquez de Gandia son un ejemplo de esas iniciativas que, por pequeñas que sean, contribuyen al gran cambio mundial o, al menos, a la mejora de su entorno más cercano. Ellos tienen ahora una nueva asignatura opcional de medio ambiente que el centro imparte desde este año gracias a la iniciativa de algunos profesores.
Nerea, Vanesa, Borja y Diego son cuatro de los alumnos que optaron por esta asignatura. “Estamos intentando decirle a la gente que tomen conciencia, que ensucien menos porque el planeta se está contaminando mucho”. Piensan que cada actuación es un granito de arena. “¡Todos juntos podemos llegar a evitar tanta contaminación! Si seguimos como estamos llegará un momento en que no podremos vivir porque el mundo estaría todo contaminado y no habría oxígeno”, explican
Inma Rubio es la profesora que lleva a cabo este proyecto: “Hemos empezado con esta asignatura en 2º de la ESO que se llama ‘Millorem l’IES, salvem el planeta”. La acogida ha sido muy buena. Para ellos es una asignatura más pero la idea es participar en eventos y actividades extraescolares, como la Biofira que se celebró en noviembre. Allí montaron su propio stand y fue todo un éxito. “La idea es que adquieran conocimientos y que los trasmitan fuera del instituto, así como intentar que tomen conciencia y mejoremos todos juntos el medio ambiente desde el Instituto”.
Por el momento se ha formado un primer grupo de 22 personas aunque también participan en el proyecto los alumnos de 2º de Bachillerato de Ciencias de la Tierra, que también es optativa, o los estudiantes de Cultura Científica de 4º de la ESO, entre otros. “Hemos intentado involucrar a todos los grupos para llegar a más gente”, explica la profesora. Según ella, la juventud cada día se involucra más. “La muestra fue la Biofira. Y es que no les queda, es su planeta y por la cuenta que les trae se tienen que preocupar”.
No es la única iniciativa que se lleva a cabo en este instituto. A lo largo de este año se han hecho diferentes propuestas bajo el tema ‘¿Qué puedo hacer yo?’ o ‘Cuidar el jardín’. “Otra cosa que hacemos es una campaña para concienciar a la gente y que sea responsable con el consumo eléctrico, desde el mismo momento en que se sale del aula. Apostamos por el reciclaje y hemos instalado contenedores hecho con botellas o cajas para aprovechar recipientes en desuso”. Ya se sabe, el mejor residuo es el que no se genera. Reciclar sí, pero reutilizar, mejor.
Asimismo, “hacemos un reciclaje de aceite y en el laboratorio hemos hecho jabones, que regalamos en la Biofira con un folleto sobre cómo hacerlos y envolverlos para regalo si tener que usar plástico”, explica Inma Rubio.
El objetivo final de este tipo de acciones es lograr una comunidad ecosostenible real. Esa es la meta a largo plazo y razón por la cual asociaciones, empresas y ciudadanía en general deben tener este tipo de inquietudes y compromisos. Pero hay que moverse rápido. “Sólo con una buena, clara y directa información además de la presión social que debe ejercerse sin descanso se conseguirá realizar los cambios necesarios para que las futuras generaciones no pierdan calidad de vida debido a la falta de previsión y actuación de las generaciones actuales”, concluye la profesora.