Adiós la gasolinera de Jaime Pascual. Por el nombre quizá muchos no sepan de qué estamos hablando, pero al decir ‘la gasolinera del pasaje Lombard’ probablemente sean muchos más, si no todos, los que localicen rápidamente este negocio familiar que forma parte de la historia reciente de Gandia.
Ha estado abierta durante … años y fue Jaime Pascual el emprendedor que allá en las década de los 80 se atrevió a pedir la concesión y abrir en una de las principales arterias de la ciudad una estación de servicio, que no autoservicio, porque la atención personalizada fue siempre una seña de identidad de la casa. La cosa fue bien y entonces en el 1985 abrió el taller mecánico adyacente.
Tras años de duro trabajo, el relevo generacional permitió continuar con el negocio familiar. Hasta hoy, que desmantela sus oficinas y dice adiós definitivamente. Han sido años de resistencia en un mercado cada vez más competitivo y agresivo donde las pequeñas empresas cada vez tienen menos cabida.
La inmensa mayoría de la ciudadanía habrá pasado, parado y repostado. Sus oficinas, pequeñas pero acogedoras, siempre estuvieron atendidas por un personal familiar, atento y amable. Muchas reseñas lo corroboran: “Aunque pequeñita, está en un punto ideal y el personal que atiende siempre es muy amable”, “Excelentes Carburante, Servicio Personalizado y Grandes Profesionales”.
María, nieta de Jaime, ha estado al frente de la empresa los últimos años. Hoy, con el nudo en el estómago, recogía y vaciaba la que ha sido su segunda casa prácticamente desde que nació. Pero la vida continúa y otra compañía se encargará de seguir con el suministro de gasolina.