Javier Polo, titulado en Comunicación Audiovisual por el Campus de Gandia, es el director de Una terapia de mierda, un irreverente cortometraje documental que ha sido nominado en la 38ª edición de los Premios Goya.
Una terapia de mierda es una divertida y mordaz parodia basada en una historia real: dos estudiantes de Biología inventaron en 2012 la fecomagnetoterapia, que según argumentaban podía curar enfermedades utilizando muestras fecales e imanes. El objetivo de los estudiantes inventores, Mariano Collantes y Fernando Cervera, era demostrar lo sencillo y peligroso que es validar pseudoterapias sin base científica.
Este corto acumula importantes galardones y nominaciones en 2023, entre los que se cuentan un Premio Feroz, un Premio Berlanga y una nominación en los Premios Fugaz. En el canal del conocido Youtuber Tamayo, donde publicaron el corto para facilitar su difusión, consiguieron 100.000 visualizaciones en las primeras 24 horas.
Javier Polo se involucró en el cortometraje gracias a su promotor y guionista, Juanjo Moscardó, con quien ya había colaborado en el documental dirigido por Javier The mistery of the pink flamingo. Polo aportó al corto un giro más humorístico y su característico estilo gamberro. “Queríamos llevarlo a un público mayoritario, a través del humor, pero sin perder el rigor”.
Los protagonistas no son actores, sino los propios científicos inventores de la fecomagnetoterapia. “No me pusieron límites a la hora de expresarme; me apetecía aportar mi granito de creación. Es una situación muy grave la que denuncian y es necesario mostrarla”.
Javier y su hermano Guillermo Polo, que también estudió Comunicación Audiovisual en el Campus de Gandia de la UPV, son los socios fundadores de la productora Los hermanos Polo, desde la cual elaboran audiovisuales publicitarios y también impulsan producciones propias. “Trabajamos juntos, pero en cada proyecto lidera uno”. Ahora ambos están finalizando sus dos primeros largometrajes de ficción.