Todo comenzó un mediodía tomando unas cervezas en el bar Los Arcos de Gandia, Pepe Arnau y un servidor. Yo le comenté la idea. Hacer un semanario, al margen del Gente, únicamente deportivo. A Pepe no le pareció mal de entrada la propuesta. Quedamos en madurar la idea e ir dándole forma en las siguientes semanas.
Un par de semanas después nos volvimos a sentar en el mismo sitio y cada cual expuso su tormenta de ideas. La música sonaba bien, faltaba escribir la partitura. Para ello ya necesitábamos a Marta Sambrizzi, la persona que ponía en valor nuestras elucubraciones ilusionantes. Ella nos devolvía a la realidad, menos mal. Y todo desembocó en unas bases para hacer posible el proyecto. Una revista deportiva basada en el reportaje, las entrevistas, la opinión, la fotografía y resumiendo al máximo la actualidad por su periodicidad semanal.
Yo involucré a dos amigos: Carles García y Xavi Blasco, a quienes también les inoculamos el virus de la ilusión. Entonces no teníamos internet, ni los móviles hacían fotografías, ni redes sociales para comunicarse. El fotógrafo tenía que ir a cada acontecimiento, hacer las fotos y pasarlas luego a la edición. Nosotros escribíamos los contenidos, el equipo de edición y maquetación componía la revista, que una vez cerrada se llevaba al impresor quien aplicaba rodillo, tinta y velocidad. Y a la mañana siguiente se repartía en los puntos de recogida por parte del público. Ahora ya no quedan más que unas pocas en papel. Todas se han convertido en digitales, las nuevas tecnologías no perdonan al papel.
Gandia contaba con más de 30 clubes bajo la tutela de la Fundació Esportiva Municipal. El CF Gandia estaba en auge, el baloncesto también, el atletismo, la natación y la mayor parte de equipos gandienses. Con ello, la apuesta era arriesgada pero posible, por novedosa que fuera.
Tras maquetaciones varias decidimos un formato diferenciado y nos pusimos a elaborar el primer número. Mucho trabajo de buen grado, pero la publicidad tenía que marcar nuestra supervivencia. Fue muy bonito tener entre las manos el primer número, el segundo, el tercero y así hasta que una de las tan temidas crisis publicitarias, con el incremento en el coste del papel y de la impresión, nos tumbó un sueño palpable. Con tristeza asumimos la dura realidad y dejamos ‘Gente Deportivo’ en el olimpo de los proyectos fallidos.
Sólo me cabe el agradecimiento hacia Pepe y Marta por haber sido tan valientes al aceptar un reto como este.