Victoria Fernández ha fallecido en Gandia. Dejó su Asturias natal a los 23 años para instalarse en Villalonga junto a su esposo Juan y juntos iniciaron un negocio familiar. Su vida fue la empresa, era una mujer emprendedora, adelantada en los tiempos y que creó la que sería una de las firmas más importantes del panorama español. Pese a todo, siempre fue muy discreta y sencilla. 

Fue premiada por su trayectoria empresarial dentro de los galardones que entrega el Círculo de Economía de la comarca de la Safor. La empresaria fue elegida por el CES por su tesón «para hacer de Dulcesol una de las empresas más importantes del país», según aseguró el entonces presidente de la agrupación de empresarios, Francisco González.

Victoria Fernández recibió numerosos premios en la Comunidad Valenciana, como el de la mujer emprendedora que concede la Generalitat Valenciana. Entonces dijo: «Recibir un premio por tu trabajo es algo que nos alegra, sinceramente, pero el estímulo para seguir mejorando nace de nuestros principios como personas y como empresa, de nuestra forma de ser y de pensar».

Rafa Juan, CEO de Vicky Foods, se despedía de su madre con las siguientes palabras: “Victoria Fernández, nuestra madre y cofundadora de la compañía nos ha dejado. Quiero agradecer a todas las personas que la han cuidado durante su convalecencia, a todo el personal sanitario del Hospital Francesc de Borja, por el cariño y maravillosa atención, especialmente en las últimas semanas».

En redes sociales la familia se sentía orgullosa de la fundadora: «Su vida ha sido la empresa, siempre ha tenido presente a todo el equipo y a todas las personas que han estado con ella durante toda su vida»;  “Mi madre nos ha trasmitido valores como el espíritu emprendedor, la calidad, el esfuerzo, la lealtad y la humildad, valores que son nuestro legado, así como su gran ejemplo”, comentaba Rafa Juan.

HISTORIA

Fue en los años 50, en Villalonga, cuando el marido de Victoria abrió una panificadora. Era un negocio familiar que vendía pan a todo el vecindario. Con los años, el negocio comenzó a tener competencia. Era el año 1964 y fue entonces cuando Victoria decidió que era el momento de innovar y fabricar otro tipo de productos. Así llegaron las palmeritas, los bollos, bizcochos…

Sin embargo, la gran revolución llegó a mediados de los 70 cuando crearon las famosas magdalenas “Gloria”, eran cuadradas y, como se decía, efectivamente ‘sabían a gloria’. La demanda y popularidad de los productos creció muy rápido y en 1969 abrieron la primera fábrica de producción. Y lo hicieron en el pueblo de donde surgieron, Villalonga.

El ritmo de producción era de vértigo y Victoria llevaba con maestría las riendas de la empresa. En 1976 los productos ya llegaban a varios puntos del país y la marca “Dulcesol” empezaba a estar presente en varias casas de España. En 1978, la dedicación, visión y saber hacer de Victoria les perimitó continuar creciendo y fue entonces cuando se abrió la segunda fábrica, esta vez en Gandia, donde actualmente se ubica la sede central de la compañía.

Victoria siempre buscando la máxima calidad de los productos, quería que sus materias primas fueran excelentes. Y el huevo es materia primera imprescindible en bollería. Así que optó por abrir en 1984 su propia productora de huevos para asegurarse la calidad de los mismo. Actualmente, la granja cuenta con más de 500.000 gallinas.

En 1993, uno de sus sueños comienzan a hacerse realidad. Quería que sus productos llegaran fuera de España y a mediados de los 90 dieron el salto a la vecina Portugal. Empzaron a obtener las primeras certificaciones ISO, consiguiendo certificaciones internacionales en calidad y medio ambiente. Y con ese crecimiento imparable, Victoria empezó a separarse poco a poco de la empresa. Sus hijos tomaron el relevo.

En 2007, Victoria se retiró definitivamente del negocio y nombró a su hijo Rafael Juan como consejero delegado. Y con él la empresa sigue creciendo.