El Servef ha publicado las cifras de empleo registradas en el mes de diciembre, con las que se puede realizar el análisis del paro en la comarca de la Safor durante el último año. De entre todas ellas, destaca especialmente un dato contundente y preocupante: durante 2019, 9 de cada 10 contratos fue de carácter temporal, y el 26,54% del total, a tiempo parcial.
Esta situación constata que la precariedad laboral continúa instalada en la economía de la Safor, alimentada fundamentalmente por los sectores del comercio y la hostelería, que son los que mayor temporalidad registran. Muy especialmente, en las campañas turísticas de Semana Santa y verano, y la de mayor actividad económica, la Navidad.
En cuanto a los datos del mes de diciembre, se han registrado 6.406 contratos en diciembre 2019, lo que ha supuesto 71 contratos menos que en 2018 (1,10% de disminución interanual). De ellos, el 94% corresponde a trabajos temporales. Por géneros, 2.713 han sido a mujeres (42’35%) y 3.693 a hombres (57’65%). Esos nuevos puestos de trabajo han sido en su mayoría a jornada completa, concretamente, tres de cada cuatro nuevos puestos.
Según las cifras publicadas por el Servicio Valenciano de Empleo y Formación, el paro registrado en el mes de diciembre de 2019 en la Safor se ha situado en 12.519 personas. Esto supone 477 parados menos que en el mes de noviembre. Los datos anuales indican que tenemos en este mes 102 parados menos que el mismo mes del 2018 lo que supone una reducción de desempleo anual del 0’81%.
Para Raül Roselló, Secretario Intercomarcal de UGT, “diciembre es un mes típicamente favorable para las cifras de empleo, debido a que los sectores con un comportamiento estacionalmente positivo en este mes, sobre todo, servicios, aportan en general más empleo del que pierden otros sectores. No obstante, en términos interanuales se mantiene una evolución positiva del desempleo pero se reduce a la mínima expresión pasando de un disminución interanual en el 2018 del 7’05 % al 0’81% de este diciembre”.
Empleo precario
Además, para Roselló el empleo creado (y buen parte del preexistente) sigue siendo “de muy baja calidad, muy precario”. Todo ello, añade, “hace necesario un marco de estabilidad política para poder llevar adelante políticas que contribuyan al estímulo del crecimiento económico y a la reducción de la desigualdad, así como servicios públicos de orientación y formación de calidad y permanentes que acompañen y formen a la población parada y ocupada y como no, la derogación de la reforma laboral que ha disparado la precariedad y ha incrementado las brechas de la población más vulnerable”.
Roselló considera que a pesar de la intensa campaña en contra que se vivió a principios del año pasado, la subida del Salario Mínimo Interprofesional no ha tenido el impacto negativo que determinados interlocutores reiteradamente anunciaban. Aunque es cierto que aún hay que esperar para tener datos específicos, “no lo es menos que aquellos pronósticos que hablaban de destrucción de empleo han sido refutados por la realidad”.
Los salarios dignos son fuente de crecimiento para un país, y no al contrario. En ese sentido UGT recuerda su objetivo de que los salarios mínimos en convenio lleguen a los 1.000 euros. Necesitamos unas políticas que relancen la economía en equidad, estabilidad y reducción de desigualdades.