59 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año, 1026 desde que empezaron a contabilizarse desde 2003. A esta cifra cabe añadirle todas aquellas que quedan fuera de este registro y no se contabilizan porque no tuvieron ningún tipo de relación sentimental con su agresor, véase Laura Luelmo, Diana Quer o la víctima del caso de ‘La Manada’.
Si bien es cierto que las legislaciones en materia de género han comenzado a abordarse desde las instituciones, todavía son insuficientes. Entre otras muchas cosas es necesario reconocer que el propio término debería incluir todo tipo de violencia contra la mujer por el hecho de serlo y es que España solo considera como víctimas a las mujeres que fueron asesinadas por su pareja o expareja.
Este lunes 25 se celebra el Día Internacional Contra la Violencia Machista, una fecha que avanza el inicio de un despliegue de desfiles y campañas institucionales, de televisión y prensa para demostrar a la sociedad que estamos concienciados sobre este tema. Algo que en buena medida es cuestionable en tanto que parecemos estar más concienciados que nunca pero las cifras por violencia de género no dejan de superar las de años anteriores.
En aras de denunciar los ataques que sufre la mujer en todo el mundo y de exigir a los diferentes gobiernos medidas para combatirlos miles de mujeres se disponen para exhibir su rechazo a las violencias machistas con motivo de este día. A lo largo y ancho de todo el país tendrán lugar marchas, concentraciones y reclamas nocturnas para reivindicar que todavía hoy el hecho de ser mujer en una sociedad patriarcal como la nuestra es un factor de riesgo.
Gandia no será menos, y durante todo este mes la ciudad cuenta con sinfín de actividades dentro de una programación que pretende concienciar a su población sobre el problema de esta lacra: cursos de prevención, detección y actuación frente a la violencia de género, talleres de autoprotección, campañas de concienciación, actuaciones teatrales, presentaciones de libros, etc.
Durante los últimos años el movimiento colectivo contra la violencia de género no ha parado de crecer. Se ha convertido en un tema muy presente gracias entre otras cosas al eco mediático de algunos casos especialmente controvertidos. Los mismos que han puesto la violencia de género y la lucha por la igualdad en primera línea de la política. No se puede negar que esto es una buena noticia para la mejora de la sociedad y para todas aquellas personas que en su día a día luchan por erradicar la violencia de género bien desde el activismo o el compromiso social o bien desde el día a día en nuestras propias vidas. No obstante, debería causarnos todavía más malestar el observar como día a día los titulares de violencia machista siguen encabezando no sólo los noticiarios, sino también las líneas ideológicas de algunas de las nuevas fuerzas políticas que la cuestionan.
La lucha contra la violencia de género ha de ser incuestionable y debe entenderse como una enfermedad social que se ha de abarcar desde todos los ámbitos, ya que no sólo tiene lugar en el espacio doméstico sino en todos los espacios en los que las mujeres interactúan. La violencia machista afecta a toda la sociedad, de ahí la importancia de apelar a todos aquellos que aún miran hacia otro lado y niegan su existencia. La única herramienta para erradicar la lacra de la violencia de género se llama feminismo, sólo así lograremos acallar aquellas voces que todavía a día de hoy consideran que la costura sería una buena asignatura en los colegios para empoderar a la mujer.
A esas voces les decimos que sin feminismo no habrá igualdad y sin igualdad no hay justicia.