A solo cuatro  días de las elecciones generales y autonómicas no me hace falta la campaña electoral ni los debates para decidir qué haré el día 28 de abril. Yo personalmente prefiero reflexionar cuando hay tiempo para ello que dejarlo para el último momento. La típica y tópica jornada de reflexión no me sirve más que para tratar de olvidar todas las tonterías o dislates que habré oído previamente. Porque, vamos a ver, ¿cómo se puede tener la mente clara después de tanto trasiego? ¿Cómo después de lo que oiremos y veremos podemos mantener nuestra capacidad de discernir lo bueno de lo malo o lo malo de lo peor?. Además, por mucho que reflexionemos nosotros, si no lo hacen los candidatos o futuros y futuras señorías de poco nos va a servir. Son ellos los que tienen que pensar porque de esos pensamientos y de sus conclusiones dependemos todos.

He seguido los dos debates enteritos y sin descomponerme, aunque reconozco que hubo momentos en que tuve que esforzarme para seguir viendo fotos enmarcadas y oyendo afirmaciones que no eran ciertas. Cuando terminó aún seguí por radio la llegada de los candidatos a la sede de los partidos y en más de una de las sedes se oían gritos de PRESIDENTE!, PRESIDENTE!. Ojito con enredarnos no nos vaya a pasar como en Venezuela y nos encontremos con dos o más presidentes.

Desde mi punto de vista no hay mejor campaña electoral que la que se hace diariamente durante  los cuatro años de legislatura (que esta vez han sido menos y convulsos) por el gobierno y la oposición. Lo que ahora vemos es espectáculo y de esto último vamos más que servidos.

Hagamos memoria para repasar lo hecho y lo que se ha quedado por hacer. Y hagámoslo ahora porque queda poco tiempo para bajar el telón. No se ha derogado la reforma laboral, no han mejorado las condiciones y/o empleo juvenil, no se ha abolido la ley mordaza, continua la brecha salarial y las pensiones han subido un 1`6% o un 3% aunque continua en vigor el 0`25 y el factor de sostenibilidad. La educación pública se deteriora, con lo que se reduce la igualdad de oportunidades y a la sanidad se le ha puesto cara de “privada” con proliferación de compañías que promueven los seguros médicos y que solo unos pocos pueden asumir. El cambio climático no ha entrado en campaña o, si lo ha hecho, ha sido muy tímidamente. Y en cuanto a la política territorial más de los mismo, dibujar un territorio sin preocuparse de lo que hay dentro de él.

Lugares comunes y lecciones aprendidas. Y, ¿para eso necesitaban un equipo que prepara el debate? Madre mía como está el país!! Todo un equipo para luego decir tanta tontería…

Es cierto que desde la moción de censura algo se ha avanzado pero no es suficiente, son muchos los deberes acumulados y no veo yo a todos los candidatos buscando soluciones, más bien los veo ocupados en hurgar en los errores, en ocasiones errores de bulto, del adversario . Así mal vamos y peor que iremos.

Me gustaría, de verdad, que a partir del domingo las cosas cambien y lo hagan para bien, porque tampoco es cuestión que no den los números y tengamos que votar otra vez aunque ya le hayamos pillado el truco a esto de la urna, al voto digo, porque lo de ponderar, meditar, reflexionar o lo que sea ya es otra cosa.

Tratemos de olvidar lo visto y oído estos días y demos una vuelta a lo que realmente ha pasado y está pasando.

Y un ruego a los señores candidatos: reflexionen mucho y no me sean casquivanos. Les deseo suerte (a unos mucho más que a otros), porque de verdad que su buena suerte nos hace mucha falta nos hace falta a muchos.

Pues eso… ¡Que Dios nos pille reflexionados!