Dr. Gerardo Estruch: ‘El 90 % de las enfermedades cardiovasculares son provocadas por hábitos tóxicos’

El infarto agudo de miocardio es la primera causa de muerte entre la población. Afortunadamente, el avance vertiginoso de la medicina ha contribuido significativamente al incremento de la esperanza de vida. Sin embargo, un número demasiado alto de personas fallece por no cuidar la salud de su corazón de manera adecuada. El problema es evidente y por este motivo Gente de la Safor ha conversado con el doctor Gerardo Estruch, con el propósito de profundizar en el conocimiento sobre la salud cardiovascular y detectar qué se está haciendo mal.

Apenas entran los últimos rayos de sol por las grandes cristaleras del Hospital Francesc de Borja de Gandia cuando nos encontramos con el doctor Estruch. En la consulta del departamento de cardiología se respira cansancio tras una jornada laboral intensa, pero también vocación por el trabajo bien hecho y un único objetivo: cuidar y enseñar a la población a vivir mucho y mejor. 

El doctor Gerardo Estruch es Jefe de la Sección de Cardiología del Hospital Francesc de Borja de Gandia. Coordina un equipo formado por cuatro cardiólogas, tres enfermeras y dos auxiliares. Un grupo compuesto por verdaderos profesionales que cuidan, desde el corazón, los corazones de los ciudadanos de Gandia y la Safor.

  • Según el informe ‘Defunciones según la Causa de muerte’ del Instituto Nacional de Estadística (INE), la primera causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares, ¿a qué se debe?

Estas enfermedades se producen porque las arterias coronarias acaban obstruyéndose a causa de los factores de riesgo produciendo el infarto. Los factores de riesgo pueden ser los «no modificables», es decir, la herencia genética y otras variables como: la edad o el sexo. Sin embargo, donde realmente fallamos es en los factores de riesgo «modificables». Entre estos se encuentran: el tabaco, el colesterol LDL alto, la hipertensión y la diabetes, además del estrés y la obesidad.

En esta zona disfrutábamos de un modo de vida mediterráneo, junto con la dieta que lo acompañaba. En las últimas décadas, hemos dejado de lado la forma de vida tradicional para adquirir hábitos cada vez más tóxicos.

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todo el mundo, incluso ha superado al cáncer y a las enfermedades cerebrovasculares, como el ictus, que no hay que confundir con las cardiovasculares. Han empezado a aumentar los casos de infarto de miocardio, también en las mujeres, que no era habitual hasta la menopausia, y cada vez lo vemos en gente más joven. Por este motivo hay que aumentar la prevención y la información para que comiencen a disminuir, porque algo estamos haciendo mal.

  • ¿Cree que es una cuestión de desinterés o de desinformación?

Es un poco las dos cosas. Hay gente que es joven y cree que a él no le va a pasar y cuando le pasa, se extrañan, les supone un cambio de «chip» y es cuando se toman en serio tener unos hábitos saludables. También es cierto que todavía hay poca información, hay que seguir trabajando en ello. Lo curioso es que cuando se hace un programa de prevención, las personas que más acuden son gente mayor, y sobre todo personas que ya han tenido un primer episodio. Lo que se busca es que la gente se cuide desde antes, para prevenir. Es difícil llegar a la gente joven porque les persigue el fantasma del «a mí no me va a tocar».

  • Imaginemos que una persona quiere empezar a cuidar de su corazón desde hoy, ¿por dónde empieza?

Lo primero es analizar si tenemos algún factor de riesgo «modificable», y si es así corregirlo de inmediato. Una vez nos hayamos quitado todos los hábitos tóxicos y tengamos una vida «más sana», lo ideal sería: comer saludable -sin grasas, sin sal y sin azúcares-, a las horas correspondientes, dormir como mínimo siete horas y evitar el estrés. A continuación, se debe hacer un análisis para comprobar que está todo correcto y que no hay ningún factor de riesgo. Además, sería muy conveniente que la gente tomase la costumbre de medirse la tensión arterial regularmente, es muy sencillo y se puede hacer desde casa.

Imagen Gente de la Safor
  • Hay personas que creen que beben o fuman “lo normal”. Realmente, ¿cuál es el impacto de estos hábitos tóxicos en la salud cardiovascular?

Lo normal es no fumar ni beber. Tabaco cero y drogas cero. Por poco que sea, hacen daño, pero ya no solo a nivel de corazón, perjudican a muchos otros órganos. Si evitamos estos malos hábitos, evitaremos también otros problemas muy graves como el cáncer de pulmón.

El alcohol es muy habitual y es un problema en la sociedad, porque las personas a veces no contemplan que alcohol también es la cerveza y el vino que se toman todos los días, eso hay que dejar de hacerlo. Si estuviéramos haciendo las cosas «normal», la primera causa de muerte no sería a causa de hábitos tóxicos. Por lo tanto, hay que cambiar cosas.

  • ¿Y el impacto de la alimentación? ¿Realmente todo el mundo tiene que comer de todo?

Hay que comer con conocimiento, eso lo primero. Es decir, procurar hacer las comidas que correspondan, adaptando las cantidades a las necesidades de cada uno. Lo esencial es evitar un consumo excesivo de sal, de grasas y de azúcares. Las grasas deben evitarse al máximo, sobre todo las que llevan: los productos ultraprocesados, los embutidos -estos deberían estar prohibidos-, las hamburguesas, la bollería industrial, las salsas, las margarinas y los fritos. Es muy triste porque lo que más daño hace al organismo es lo más sabroso al paladar, así que hay que educarlo. Sin embargo, no todas las grasas son perjudiciales, hay un tipo de grasa saludable, como la que lleva el aceite de oliva o el aguacate, que sí que se pueden consumir. No obstante, se debe hacer en cantidades adecuadas, porque si nos pasamos, puede generar sobrepeso.

Hoy en día es un problema, sobre todo en adolescentes y niños, el consumo de bollería industrial y dulces. Ha llegado un punto donde se consume de forma diaria y esas partículas de colesterol LDL penetran en las arterias continuamente, y puede llegar a ser un problema. Es una pena porque casi ninguna casa queda ya con la dieta mediterránea real.

  • Hablamos de deporte, ¿qué pautas debemos tener en cuenta?

El deporte es sano siempre. Un mínimo de 45 minutos diarios, cinco días a la semana, es necesario. No es indispensable que sea un deporte intenso. En consulta siempre decimos que hay que hacer deporte para disfrutar, salvo que la persona se dedique a ello. El ejercicio se debe utilizar como una herramienta para la desconexión y el disfrute, no como una obligación o sacrificio, pero hay que hacerlo.

En el deporte se debe empezar poco a poco y llegar a un punto en que te sientas a gusto con él. Nosotros siempre recomendamos que, si no se sabe por dónde empezar, se empiece saliendo a caminar con la bicicleta o que se inicien en la natación. Son los deportes más baratos y recomendables para todo el mundo, incluso para los enfermos más graves de corazón. El sedentarismo está contraindicado y es perjudicial. Así que, deporte sí o sí, para todo el mundo, pero con conocimiento. En caso de que se quiera competir o prepararse para una maratón, una carrera 10 K o similar, aunque la gente se prepare con tiempo, hay que guiarse por sensaciones. Si la persona no se encuentra bien, no la debe hacer. Uno mismo es el mejor guía para estas cosas.

  • ¿Qué porcentaje de enfermos del corazón lo son por causas genéticas?

El porcentaje es difícil de calcular porque entran muchas variables, pero se podría situar en un 10 %. Es decir, el 90 % de las enfermedades cardiovasculares son provocadas por hábitos que podríamos haber modificado.

  • ¿Cómo han evolucionado las pruebas genéticas?

Las pruebas genéticas han tenido un avance muy importante en los últimos años. Cuando hay una herencia genética, que solamente es en 10 % de los enfermos cardíacos, debemos comprobar si el gen es dominante o recesivo. También depende de cómo haya penetrado ese gen, y del tipo de cardiopatía que se tenga. Pero en general, se debe llevar un control de la enfermedad de la mano del consejo genético y médico, solo así y con hábitos saludables, se puede hacer que esa persona viva de la forma más «normal» posible. Lo importante es detectarlo y ponerse en manos médicas de inmediato.

  • Hablando de vivir con normalidad, ¿cómo ha afectado a esta área del hospital de Gandia la pandemia?

La verdad es que lo hemos pasado mal todo el personal del hospital. Al principio de la pandemia se convivió con un virus que mataba mucho y no había ni tratamientos ni vacunas. Aun así teníamos que venir porque hay que atender a los pacientes, pero veníamos asustados y sufriendo. Asustaba coger el virus, pero sobre todo llevarlo a casa. Esto ha propiciado muchas jubilaciones anticipadas. La cosa mejoró, pero ha dejado una huella imborrable en el hospital, y un cambio en nosotros como sanitarios y por supuesto en la gente de fuera. Nos han robado tres años porque no nos hemos dado cuenta de que han pasado, pero sí que nos han castigado física y psicológicamente.

  • Cómo se ha vivido este último repunte de covid y gripe, desde diciembre de 2023, ¿se ha notado un aumento de enfermos cardiacos?

Sí, se ha notado. Además, nos ha extrañado mucho la incidencia tan alta de gripe A. Lo curioso es que, en esta ocasión, incluso gente vacunada ha cogido la gripe y algunos de ellos han fallecido por este motivo. El hospital, desde mediados de diciembre de 2023, se ha vuelto a llenar casi como en la época «dura» de la pandemia. La gente mayor e inmunodeprimida y, sobre todo, personas enfermas del corazón, del pulmón o neumópatas, han sufrido mucho estos últimos meses. Para muchos de ellos, coger una gripe o un covid supone una «descompensación» de su cuerpo que les lleva a tener que ingresar, y en ocasiones, al fallecimiento. Ahora parece que comienza a disminuir la incidencia.

De cara a afrontar una gripe o un covid, es muy importante tener los «cimientos» bien puestos. Al principio de la pandemia la gente que fallecía eran sobre todo: enfermos cardiacos, diabéticos, con sobrepeso, enfermos que padecían de pulmón… esta era la gente que se nos ha ido.

  • En comparación con otras áreas geográficas, ¿cree que los ciudadanos de la Safor destacan por algunos hábitos en concreto?

Los ciudadanos de la Safor pecamos del consumo excesivo de alcohol y tabaco. Hay gente que toma por costumbre beber diariamente, toman: cerveza, vino o incluso la «dinaora». Pero aún se hace más preocupante cuando vemos la irrupción de las drogas, junto a otros malos hábitos, y cada vez en gente más joven. Ha llegado a un punto que los jóvenes consumen cocaína y marihuana en exceso. Además de esto, en la alimentación no estamos haciendo las cosas bien. La obesidad ya es una «epidemia» en Estados Unidos y aquí debemos cortarlo de raíz, porque al paso que vamos, los problemas alimenticios no harán más que crecer.

  • Recientemente el Hospital de Gandia ha ampliado los servicios de cardiología con equipamiento de alta precisión. Cuéntenos más sobre esto.

Los aparatos que teníamos en el hospital eran buenos, pero notábamos que ya se estaban quedando obsoletos. Han venido los Reyes Magos y Papá Noel y nos han traído unos equipos de: Ecocardiografía, Holter y Egospirometrías. Son unos equipos muy buenos, y nos permiten hacer pruebas que antes se tenían que mandar al Hospital Clínico de Valencia, que era nuestro hospital de referencia. Ahora, ya podemos valorar a muchos pacientes aquí, evitando que se desplace el enfermo a Valencia. Además, tenemos equipos para evitar hacer resonancias a gente con claustrofobia. Son adelantos, ventajas y sobre todo comodidades para el paciente y una mejora del servicio de cardiología en Gandia.

  • Con esto, Gandia se sitúa a la vanguardia en cuanto a detección y tratamiento de patologías cardiacas, pero ¿qué asignaturas pendientes tiene el departamento de cardiología del Hospital de Gandia?

Los Reyes Magos se han portado muy bien este año, pero sí que quedan cosas por mejorar. Además de seguir necesitando equipos nuevos para ir supliendo a los viejos, la unidad de cardiología del Hospital de Gandia necesita fundamentalmente dos cosas.

En primer lugar, el área se encuentra en la actualidad con personal insuficiente. Somos cinco cardiólogos, pero la plantilla debería estar compuesta por siete. La carga de trabajo es muy intensa, las jornadas laborales son eternas y necesitamos más personal para poder mejorar el servicio.

Además, desde marzo del año 2023, hay una enfermera en el equipo que está muy bien formada en insuficiencia cardiaca. Es una gran profesional y ayuda a enfermos cardiacos y a sus familiares a detectar signos de descompensación, les aconseja en el cuidado y evita, con su labor, muchos ingresos. Ella está disponible para los pacientes incluso por teléfono, y supervisada por los doctores, pone tratamientos intravenosos sin que los enfermos estén ingresados. Su labor es fundamental porque mejora la supervivencia, calidad de vida y la accesibilidad de los pacientes al sistema sanitario. Pedimos que se nos dé un hospital de día específico para poder tratar a estos pacientes en un área amplia y como se merecen, tanto nuestros profesionales como los pacientes.

El servicio de cardiología del Hospital Francesc de Borja de Gandia está formado por 10 grandes profesionales. Hasta ahora por la carga de trabajo y la falta de recursos de personal, no hemos podido demostrar todo el potencial que llevamos dentro. Queremos contar a la población que aquí está el servicio de cardiología para lo que necesiten, y que nos hagan caso en las indicaciones sobre los factores de riesgo. Necesitamos que se cuiden y nos ayuden a cuidarles, para que ese corazón permanezca sano y con calidad de vida el mayor tiempo posible.

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