Dice el tango que 20 años no es nada, pero no dice que 35 son muchos. Podría empezar felicitando a Gente pero ahora me apetece más felicitar a Marta.

La conocí cuando yo como pedagoga dirigía Pirulos, si es que una “escoleta” se puede dirigir, porque casi siempre son los niños los que dirigen con sus verdades y su aplastante lógica. Recuerdo haberle dicho a un niño que se bajara de “esa silla” y él, obedeciendo, se bajó de “esa silla” y subió a otra. Marta vino un día preguntando si había trabajo para ella porque le gustaba el mundo de la educación y porque necesitaba trabajar. Lamentablemente le tuve que decir que no, ya que en aquel momento éramos casi más educadoras que niños. Me supo mal porque me cayó bien y, además, tener una argentina o un “argentino marcándote el camino” hubiera sido un puntazo.

Ahora, treinta y cinco años después creo que le hice un favor. Mi No, y supongo que otros que recibiría, quizás abrieron la puerta a lo que luego fue, y es, GENTE. Ella y Pepe se embarcaron en un proyecto del que todos hemos sido partícipes ya que a lo largo de tres décadas y cinco años nos han contado lo que pasaba en nuestra comarca (¡y lo que se habrán callado!); nos han traído la actualidad a casa y nos han invitado a asistir desde el palco a esa gran función que es la política; han publicado artículos de opinión con los que se puede estar de acuerdo o no pero han mantenido la coherencia. Por cierto, hay un artículo que firmó Pepe (¿o no lo firmó y era el editorial de la primera página?) hace unos treinta y dos años que recuerdo especialmente y del que no pienso dar el título porque no sería políticamente correcto decirlo. Además, así le doy un punto de emoción y de maldad.

Mucha gente de mi edad, cuando íbamos los sábados a por la prensa, no salíamos del quiosco sin llevar GENTE DE LA SAFOR en la mano. Porque entonces había quioscos y comprábamos los periódicos en ellos, solo en ellos, porque no existía la prensa digital. Yo me lo leía todo, desde el editorial a los anuncios porque quería ver cómo había quedado el mío. También yo promocioné mi producto mientras tuve algo que promocionar.

Luego GENTE tuvo una temporada de silencio y ahora está de nuevo con nosotros. Marta, nos da las gracias a los lectores pero también nosotros le tenemos que dar las gracias a ella porque de alguna manera lo que nos cuenta nos une, nos hace vivir nuestra ciudad y nuestra comarca con cercanía.

Reiniciar una empresa requiere coraje y tú lo has tenido. Y ahora que las mujeres nos empoderamos y nos sororizamos has sido un ejemplo. Una argentina que nunca ha dejado de serlo pero que es más de Gandia que la Colegiata y que tiene más información de nuestra ciudad que la que existe en el Archivo.

Gracias Marta por retomar el  CAMINITO y VOLVER. Porque esto no es una milonga, es un tango y hay que saber bailarlo.