Señores gobernant@s, ¡Bajen de sus escaños!, ¡pónganse a la altura del común de los mortales!, que somos la inmensa mayoría.
Unas preguntas muy sencillas:
¿Cómo quieren aumentar la edad de jubilación, si la vida laboral, realmente empieza a ser complicada a los 40 años?
¿Cómo quieren que se vaya ahorrando para hacer una hucha, si ni siquiera se llega a fin de mes?
¿Cómo quieren que los jóvenes piensen en la jubilación, si bastante tienen con comenzar su vida laboral?
¿Cómo quieren que las mujeres se equiparen a los hombres, si la mayoría tienen que ser “supermujeres” para conciliar vida laboral y familia?
En la antigua Grecia a los ancianos se les consideraba sabios. Hoy en día, se les considera una carga, pero a ustedes también les llegará su hora, y no les deseo el sufrimiento, la angustia y la desesperanza en la que se ven sumidos muchísimos de los pensionistas y jubilados a quienes ustedes ningunean gobierno tras gobierno.
Si los gobernantes tuvieran unos sueldos raquíticos, si tuvieran un futuro laboral incierto, si no pudieran trabajar más allá de los 40 ó 50, seguro que no se harían estas preguntas porque, sencillamente, ya se habrían preocupado de resolverlo, por la cuenta que les trae.
Por todo esto y mucho más, ayer, hoy y mañana seguiremos saliendo a la calle al grito de: GOBIERNE QUIEN GOBIERNE LAS PENSIONES SE DEFIENDEN