Ha fallecido Pepa Ferrando. Su empuje y pasión por los libros hicieron que en 1983 inaugurara su primera librería en Denia, ‘Ambra’ y luego, en los 90, llegó la de Gandia. Tuvo un prestigio reconocido entre los lectores de las Comarcas Centrales. En esos tiempos abrir un negocio de ‘venta de libros’ podía considerarse un acto heroico, más cuando se trataba de una librería en un país donde la gente leía muy poco.
Lo que hizo Pepa Ferrando por la cultura tiene mucho mérito. ‘Ambra’ siempre ha sido una librería muy especial y con volúmenes elegidos por razones muy pensadas. Siempre decía: “A mí los libros me han salvado la vida en varias ocasiones”.
Pepa nació el 5 de agosto de 1945, el mismo día que cayó la bomba atómica en Hiroshima. Su vida estuvo marcada por el trabajo duro. Su padre era agricultor y ella, desde los 8 años cuidó de su madre enferma del corazón quien estuvo más de una década postrada en una cama. Como muchos días tenía que faltar a la escuela por la dedicación que le requería los cuidados de su madre, la maestra le llevaba a su casa las tareas y un vecino, que tenía una biblioteca empezó a prestarle algunos libros. Ferrando comentaba: “Los libros eran mi espacio, mi libertad”.
A los 21 años se casó y marchó a Dénia. Tuvo dos hijas, pero una enfermedad de riñón la mantuvo 11 años enferma y con una vida limitada. De nuevo la literatura fue su “refugio”. Al curarse decidió vender un heredado huerto de naranjos y montar su primera librería en Denia. Sin tener ningún contacto, llamó a las editoriales que encontraba en el listín telefónico y luego a los distribuidores. Así comenzó a labrarse su futuro.
Muchos son los que pasaron por sus librerías y ella, siempre con una sonrisa, aconsejaba o buscaba aquellos libros que le solicitaban hasta traerlos a sus librerías. Decía: “este oficio es muy curioso, porque le tocas a la gente dos cosas muy importantes: la cabeza y el bolsillo”. Su sello personal nunca se olvidará. Descansa en paz.